La madrugada del 11 de diciembre, en la comunidad de Cupareo, Guanajuato, fueron encontrados los cuerpos de al menos siete personas apilados y envueltos en bolsas de plástico negras en la parte trasera de una camioneta abandonada. Junto a los restos se halló un narcomensaje firmado por un grupo delictivo, lo que generó alarma entre los habitantes de la región.
El vehículo, una camioneta blanca, fue localizado en la carretera que conecta Salvatierra con Yuriria, un área de constante disputa entre células criminales. Las autoridades confirmaron que el mensaje hallado en el cofre del automóvil hacía referencia al inicio de una supuesta «limpia» y estaba firmado con las iniciales de un grupo delictivo originario de Jalisco.
El hallazgo fue reportado por vecinos de la comunidad, quienes alertaron a las autoridades sobre la presencia sospechosa de la camioneta. En un principio, el número exacto de víctimas fue difícil de determinar debido a la condición en la que se encontraban los cuerpos.
La carretera donde ocurrió el hallazgo es un paso estratégico hacia el vecino estado de Michoacán, lo que ha encendido las alarmas ante la posibilidad de un recrudecimiento de la violencia en la región. Las autoridades implementaron un operativo para asegurar el área y recolectar pruebas que permitan avanzar en las investigaciones.
La región de Salvatierra ha sido escenario de múltiples hechos violentos en los últimos meses, lo que refleja la intensidad de la disputa territorial entre grupos del crimen organizado. Este evento es un nuevo recordatorio de la escalada de violencia que persiste en Guanajuato, uno de los estados más afectados por la inseguridad en México.
Mientras se realizan las primeras investigaciones, los habitantes de la zona manifiestan su preocupación por la falta de seguridad y la creciente presencia de grupos criminales que continúan sembrando el terror en el estado.
