El inicio del 2025 en Sinaloa estuvo marcado por una escalada de violencia que afectó especialmente a la capital, Culiacán, y al puerto de Mazatlán. Durante los primeros minutos del año se registraron intensas balaceras en varias colonias de Culiacán, como Barrancos, La Conquista, Vicente Lombardo Toledano y Las Quintas. Aunque vecinos reportaron las detonaciones en ráfagas al número de emergencias 911, las autoridades no aclararon si se trató de enfrentamientos o disparos al aire como parte de las celebraciones.
Horas después, la violencia escaló con el hallazgo de tres cuerpos decapitados y desmembrados en el entronque de la carretera Culiacán-Eldorado con La 20, en la sindicatura de Costa Rica. Los cadáveres, abandonados junto a un canal de riego, tenían señas particulares como marcas en el cuerpo con plumón y algunos estaban cubiertos parcialmente con una colcha púrpura.
Por la mañana, en la colonia República Mexicana, un joven de unos 25 años fue ejecutado frente a un inmueble ubicado en la avenida Soberanía. Este homicidio se sumó a los eventos violentos que, entre el 31 de diciembre y el 1 de enero, dejaron un saldo de 11 personas asesinadas en la entidad.
En Mazatlán, la noche del último día del 2024, Álvaro Andrés Rivera Vázquez, empresario del sector nocturno, fue secuestrado. Su esposa relató que hombres armados llegaron a su domicilio para llevárselo por la fuerza, sin que hasta ahora se conozca su paradero. La familia pidió su liberación a través de redes sociales, subrayando que se trata de una persona de trabajo y bien conocida en la comunidad.
La jornada también dejó otros eventos mortales. Un hombre y una mujer fueron asesinados en las inmediaciones del Trébol de Costa Rica, al sur de Culiacán, donde se hallaron más de 20 casquillos de armas largas, señal de que el ataque ocurrió en el lugar. Además, en el fraccionamiento Costas del Sol fue encontrado otro cuerpo con el rostro cubierto y las manos atadas.
Los hechos registrados en las primeras horas de 2025 confirman que la violencia sigue siendo un desafío persistente para Sinaloa, iniciando el año con una alarmante serie de asesinatos y actos delictivos.
