La confrontación directa entre Irán e Israel —calificada por Teherán como una “guerra impuesta”— llegó a su fin este martes tras la aceptación mutua de un alto al fuego. El acuerdo, promovido inicialmente por el presidente estadounidense Donald Trump, se produce después de días de intensos bombardeos y declaraciones cruzadas.
El presidente de Irán afirmó que su país resistió con éxito los ataques y que los objetivos de Israel fueron “frustrados”. Aseguró que ni las instalaciones nucleares ni la cohesión interna del país fueron dañadas. “El enemigo agresor fracasó una y otra vez”, declaró.
En respuesta, Israel anunció el levantamiento gradual de las restricciones de seguridad impuestas en zonas estratégicas, con la reanudación de actividades civiles y económicas en curso.
Mientras la comunidad internacional observa con cautela, ambos gobiernos parecen haber cerrado —por ahora— un capítulo más en su largo historial de tensiones.