La Segunda Sala de la Suprema Corte concluye funciones tras tres décadas

Con la entrada en vigor de la reforma judicial, desaparecen las salas que operaban desde 1994. A partir de septiembre, los asuntos serán resueltos solo por el Pleno.

Ciudad de México. — La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) inició la última fase de su reestructuración interna con el cierre formal de su Segunda Sala, después de tres décadas de funcionamiento. La sesión final fue presidida por el ministro Javier Láynez Potisek, quien encabeza esta sala especializada desde 2023.

La medida forma parte de la reforma judicial aprobada en 2024, la cual elimina las salas y establece que todos los asuntos constitucionales, administrativos y de legalidad serán resueltos por el Pleno del tribunal, ahora conformado por nueve ministros electos por voto ciudadano.

Fin de una estructura operativa

Desde su creación en 1994, la Segunda Sala fue responsable de resolver casos en materia administrativa, fiscal, laboral, agraria y de seguridad social. Bajo este esquema, se generaron criterios jurisprudenciales relevantes que definieron el alcance de diversos derechos y principios legales en el país.

Con la reforma, tanto la Primera como la Segunda Sala dejan de existir. Se prevé que la Primera Sala celebre su última sesión el 13 de agosto.

Nueva integración y modelo judicial

A partir del 1 de septiembre, el Pleno de la Corte estará integrado por nueve ministros, todos electos por voto popular en los comicios del 1 de junio de 2025. Esta renovación incluye también la entrada en funciones de nuevos magistrados y jueces a nivel nacional.

El nuevo modelo judicial elimina el Consejo de la Judicatura Federal y lo sustituye por dos nuevos órganos: el Órgano de Administración Judicial y el Tribunal de Disciplina Judicial, encargados respectivamente de la gestión operativa y la vigilancia del desempeño judicial.

Transición y carga operativa

La Corte enfrentará un proceso de redistribución de expedientes, con más de 8,000 asuntos acumulados que ahora serán atendidos únicamente por el Pleno. Esta transición institucional exigirá ajustes logísticos, administrativos y jurisdiccionales en el corto plazo.

El cierre de las salas representa el fin de un ciclo y el inicio de una nueva etapa en la organización del Poder Judicial, bajo un esquema centralizado, electivo y con nuevas reglas de control y funcionamiento.

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