
Tampico quiere ser la capital mundial de los ovnis
Tampico, Tamaulipas, lleva casi siete décadas sin recibir el impacto directo de un huracán, un hecho que ha alimentado una de las leyendas urbanas más fascinantes del país: la supuesta protección extraterrestre sobre la zona conurbada de Tampico, Madero y Altamira.
La historia se remonta a 1966, cuando tras el devastador paso del ciclón Hilda, cientos de habitantes se reunieron en playa Miramar para pedir al cielo que no se repitiera la tragedia. Lo sorprendente fue que el huracán Inés, que se dirigía con fuerza hacia la región, cambió repentinamente de rumbo, lo que dio origen al mito de que seres de otro planeta resguardan la costa.
Aunque no existe evidencia científica que lo respalde, esta narrativa ha crecido con el tiempo y atrae visitantes de distintas partes del país y el mundo. Playeras, peluches, tazas y recuerdos con temática alienígena circulan ya entre turistas, consolidando la idea de que el misterio puede ser un motor económico para la región.
Empresarios y cronistas coinciden en que es momento de aprovechar el mito, tal como lo hizo Roswell, Nuevo México, que convirtió un supuesto accidente ovni en la década de los 40 en una fuente de ingresos constante gracias al turismo ufológico.
Hoy, Tampico tiene la oportunidad de capitalizar esta fama, transformando la leyenda en una identidad cultural que impulse su desarrollo turístico y lo posicione como destino internacional. El interés está ahí: visitantes preguntan por la “base extraterrestre” y buscan souvenirs, aunque la oferta aún es limitada.
Para comerciantes locales, el atractivo es claro: lo desconocido fascina. Dejar atrás la duda sobre si es mito o realidad y verlo como oportunidad de negocio podría convertir a Tampico en la nueva capital mundial del fenómeno ovni.