El gobierno plantea aranceles de hasta 50% a autos y textiles importados, pero asegura que la medida es para proteger la industria nacional sin romper la relación diplomática.
Ciudad de México, 11 de septiembre de 2025. — La presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que México no pretende generar un conflicto con China tras la propuesta de elevar los aranceles a importaciones como automóviles ligeros, autopartes, textiles y acero. El planteamiento, incluido en el Paquete Económico 2026, busca fortalecer a la industria nacional frente a países con los que no existen tratados de libre comercio.
En conferencia matutina, Sheinbaum subrayó que se mantiene un canal de diálogo abierto con embajadores de los países afectados. “Estamos hablando con ellos, no queremos conflicto con ningún país. Hemos recibido cartas credenciales del Embajador de China y de Corea del Sur, y se mantiene la comunicación permanente”, señaló.
De aprobarse la iniciativa, los automóviles ligeros de origen chino pasarían de pagar un arancel de entre 15 y 20 por ciento a un 50 por ciento, lo que impactaría directamente a un sector que en la última década pasó de no tener presencia a ocupar casi un tercio del mercado mexicano. El proyecto también considera gravámenes similares para importaciones provenientes de Corea del Sur, India, Indonesia, Rusia, Tailandia y Turquía.
La Secretaría de Economía precisó que la medida está diseñada bajo parámetros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y que se tomaron experiencias internacionales como referencia. Se aseguró que el impacto inflacionario será limitado, ya que los bienes sujetos a los nuevos impuestos cuentan con sustitutos en la producción nacional.
El gobierno sostiene que la intención no es responder a presiones externas, sino garantizar condiciones de competencia para la industria local. “El proyecto de país está por encima de cualquier interés particular”, enfatizó Sheinbaum, al explicar que el objetivo es defender sectores estratégicos como el automotriz y el textil, que han visto incrementarse las importaciones a niveles récord en los últimos años.
China reaccionó a través de su cancillería al advertir que se opone “a cualquier coerción disfrazada de restricciones comerciales” y advirtió que medidas de este tipo afectan sus derechos e intereses legítimos.
Desde Palacio Nacional, la postura del gobierno mexicano es clara: los aranceles buscan blindar al mercado interno, pero sin romper los lazos diplomáticos con el principal exportador de autos hacia México.