
Líbano denuncia 4,500 violaciones de Israel al alto al fuego
Beirut denunció una nueva escalada de ataques en la frontera, con un balance oficial de un lesionado y un llamado al Consejo de Seguridad de la ONU para frenar las agresiones.
Beirut, 18 de septiembre de 2025.
El Gobierno de Líbano volvió a encender las alarmas este jueves: acusó a Israel de haber perpetrado más de 4,500 violaciones al cese de hostilidades vigente en la frontera sur, en una escalada que, según advirtió, compromete la soberanía nacional y amenaza con desestabilizar la región.
En un comunicado difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados, Beirut aseguró que los ataques recientes “han causado muertos y heridos”. Pero hasta ahora, el Ministerio de Salud solo ha confirmado un caso: un ciudadano sirio que resultó lesionado en uno de los bombardeos. Con cautela, las autoridades subrayaron que los balances oficiales siguen en curso, mientras exigen al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que actúe “con firmeza” para frenar lo que califican como agresiones reiteradas.
Israel, por su parte, no ha respondido públicamente a estas acusaciones.
Una tregua que nunca fue completa
La denuncia de hoy se enmarca en una historia más larga. Tras la guerra de 34 días entre Israel y Hezbollah en 2006, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la Resolución 1701, que buscaba poner fin al conflicto y sentar las bases de una paz duradera.
El documento estableció puntos que siguen vigentes: el retiro de las tropas israelíes, el despliegue del Ejército libanés y de la Fuerza Interina de la ONU (UNIFIL) en la franja sur, el desarme de las milicias —en particular Hezbollah— y la prohibición de cualquier fuerza armada extranjera sin consentimiento del gobierno de Líbano.
En el papel, era un pacto para estabilizar la frontera. En la práctica, las grietas nunca dejaron de abrirse.
Incumplimientos y tensiones
Hezbollah nunca entregó su arsenal ni abandonó del todo el sur del río Litani. Israel, por su parte, mantuvo sobrevuelos, incursiones y una presencia militar vigilante. Disputas territoriales como las Granjas de Shebaa y el poblado de Ghajar quedaron sin resolver, y el Ejército libanés no logró el control pleno de la zona.
El resultado ha sido un alto al fuego inestable, sostenido más por la presión internacional que por la confianza entre las partes.
El presente: un alto al fuego en entredicho
En 2024, un nuevo acuerdo retomó los términos de la Resolución 1701: Israel debía retirarse al sur de la Blue Line y Hezbollah mover sus armas pesadas al norte del Litani. Pero, como en 2006, el terreno mostró otra realidad.
Hoy, Líbano afirma que las violaciones israelíes ya suman más de 4,500, mientras que Israel acusa a Hezbollah de operar en zonas prohibidas y de lanzar ataques desde posiciones encubiertas. En medio, la ONU recuerda que la 1701 sigue siendo “la piedra angular” para evitar que un incidente escale a una guerra abierta.
El comunicado de este jueves devuelve la atención a esa línea azul, frágil y disputada, que separa a dos países enfrentados desde hace décadas y donde la paz nunca ha sido más que un equilibrio precario.