En un ataque devastador, fuerzas rusas bombardearon un centro militar en Poltava, Ucrania, causando la muerte de 51 personas y dejando 271 heridos, en lo que ha sido el peor ataque de 2024 y uno de los más mortales desde el inicio de la guerra. El ataque, que iguala la ofensiva de octubre pasado en Járkov que también cobró 51 vidas, se llevó a cabo mediante el lanzamiento de dos misiles balísticos que impactaron en el Instituto Militar de Telecomunicaciones y Tecnologías de Información.
El bombardeo destruyó parcialmente el sitio logístico y un hospital cercano, ubicados a más de 200 kilómetros de la frontera. La devastación fue tal que dejó a los residentes locales sorprendidos, ya que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski informó que muy pocos lograron llegar a los refugios a tiempo.
La escena fue descrita por medios de comunicación que documentaron decenas de cuerpos bajo los escombros de los edificios gravemente dañados, con más de la mitad de los pisos colapsados. Equipos de socorro del Servicio Estatal de Emergencias, liderados por su vocero Oleksandr Khorunzhi, acudieron al lugar y lograron rescatar a 25 sobrevivientes que presentaban heridas de metralla, fracturas y quemaduras.
Este ataque subraya la intensificación del conflicto y el continuo sufrimiento de la población ucraniana, que sigue enfrentando la brutalidad de la invasión rusa.
