La inteligencia artificial generativa (GenAI), como ChatGPT y otras herramientas, se ha convertido en un pilar de la tecnología moderna. Sin embargo, su funcionamiento requiere una gran infraestructura, en particular centros de datos que consumen cantidades significativas de energía y agua para operar y enfriarse. Estos centros son esenciales para procesar los enormes volúmenes de datos y modelos de lenguaje que utilizan las herramientas de IA.
Un ejemplo relevante es el caso de Microsoft, cuyo consumo de agua aumentó en un 34% entre 2021 y 2022, coincidiendo con la creciente demanda de servicios de inteligencia artificial como ChatGPT. Del mismo modo, el consumo global de agua de Google creció un 20% en el mismo período. Estos incrementos están estrechamente relacionados con el uso intensivo de recursos en la gestión y refrigeración de los centros de datos.
El agua es utilizada para refrigerar los centros de datos, especialmente en las ubicaciones donde las temperaturas son más elevadas. Un estudio reveló que una simple petición de escribir un correo electrónico de 100 palabras en ChatGPT consume alrededor de 519 mililitros de agua, un reflejo de los recursos que requieren los procesos detrás de GenAI.
Microsoft ha explorado soluciones innovadoras, como el Project Natick, un centro de datos submarino que se lanzó en 2018 en las Islas Orcadas, Escocia. Este centro de datos submarino demostró ser ocho veces más confiable que los centros en tierra, ya que el entorno aislado y el uso del agua del océano para la refrigeración redujeron los problemas comunes y el consumo de recursos. Además, se alimentó con energía renovable, utilizando fuentes eólicas e hidráulicas de la región, lo que redujo su huella de carbono.
El éxito de iniciativas como el Project Natick destaca cómo la industria tecnológica busca formas sostenibles de reducir su impacto ambiental, promoviendo el uso eficiente de agua y energía. La necesidad de soluciones responsables es crítica, especialmente a medida que la demanda de IA y centros de datos sigue creciendo, lo que requiere equilibrar el avance tecnológico con la sostenibilidad ambiental.