A cuatro semanas de las elecciones en Estados Unidos, la candidata demócrata Kamala Harris mantiene una ligera ventaja a nivel nacional sobre el republicano Donald Trump, con un 49 % de las intenciones de voto frente al 46 % de su rival, según una encuesta reciente. Sin embargo, este margen no garantiza una victoria, ya que el sistema electoral estadounidense depende del colegio electoral y se decide en estados clave como Arizona, Michigan, Pensilvania, Georgia y Wisconsin, donde ambos candidatos están muy igualados.
La campaña ha sido turbulenta, con Trump enfrentando condenas penales y el retiro de la candidatura del actual presidente Joe Biden, lo que ha polarizado aún más a una sociedad ya dividida. Harris ha expresado su preocupación sobre el impacto que tendría otro mandato de Trump, refiriéndose a él como un «dictador». Por su parte, Trump ha desestimado a Harris, comparándola despectivamente con «un niño» y cuestionando su capacidad intelectual.
En cuanto a estrategias, Harris ha tratado de atraer a republicanos moderados, logrando el apoyo del 9 % de los votantes republicanos, según la encuesta de The New York Times. Además, ha mostrado disposición a incluir a un republicano en su gabinete, una táctica que parece estar funcionando. No obstante, su postura en relación con el conflicto en Oriente Medio podría complicar su apoyo entre votantes musulmanes, ya que no ha roto con la línea pro-Israel de Biden, lo que podría afectarle en unas elecciones tan reñidas.
Trump, por su parte, sigue intensificando su campaña con mítines por todo el país, incluyendo un próximo evento en California, un bastión demócrata, mientras sigue criticando la gestión económica de los demócratas.