La presidenta Claudia Sheinbaum firmó un decreto que devuelve a Pemex su carácter de empresa pública y anunció la implementación de una política de austeridad orientada a reorganizar la empresa para aumentar su eficiencia. Explicó que la nueva política buscará optimizar la administración y reducir costos sin afectar los derechos laborales de los empleados.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum señaló que, en el contexto de esta reforma, Pemex enfrentará una simplificación administrativa, eliminando la complejidad derivada de operar con múltiples subsidiarias y filiales. Según la presidenta, la reforma constitucional aprobada permitirá a Pemex ganar eficiencia interna y gestionar sus recursos de manera más efectiva.
Junto a esta medida, Sheinbaum firmó los decretos de reformas constitucionales que otorgan tanto a Pemex como a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) la condición de empresas públicas, y anunció la recuperación del sistema ferroviario nacional para pasajeros y carga. Estas reformas permitirán que ambas empresas operen en beneficio del país, manteniendo un espacio para la inversión privada bajo reglas secundarias que aseguren transparencia y orden.
La mandataria señaló que esta transformación es un paso para devolver a los mexicanos el control de empresas estratégicas que, según ella, dejaron de ser públicas tras la reforma energética de 2013 y se convirtieron en empresas privadas en la práctica.
