Las fuerzas rusas han escalado su estrategia de intimidación en Ucrania, lanzando cerca de un centenar de drones contra infraestructura crítica y civil. La resistencia ucraniana informó que, en esta nueva ofensiva, lograron derribar hasta 60 de estos vehículos no tripulados. El presidente Volodimir Zelenski, al referirse a los ataques, denunció que en la jornada anterior Rusia había lanzado más de 1,900 bombas, drones y misiles, además de manifestar su preocupación por el supuesto apoyo militar de Corea del Norte a Moscú.
Zelenski insistió en que la única forma de contener las acciones del presidente Vladimir Putin es mediante sanciones “verdaderamente efectivas”. Remarcó que, pese a las restricciones internacionales, Rusia continúa sosteniendo relaciones con regímenes que le suministran armas y componentes esenciales para la fabricación de drones y proyectiles que fortalecen sus operaciones contra Ucrania.
Las tropas rusas, por su parte, informaron que lograron interceptar y destruir cerca de 40 drones en regiones como Rostov, Belgorod y Volgogrado. Mientras tanto, el ejército del Kremlin comunicó la extensión de su control en la región de Donetsk, avanzando hacia la ciudad estratégica de Pokrovsk. Aunque el ejército ucraniano no se pronunció al respecto, fuentes de un blog sobre la guerra reportaron que las fuerzas rusas continúan cercando a las tropas locales, lo que intensifica la presión en esta área, según información de Reuters.