Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, ha designado a Todd Blanche, su abogado en varios casos recientes, como fiscal general adjunto. Blanche, exfiscal federal, ha sido una figura clave en la defensa de Trump, especialmente en su caso relacionado con los pagos a Stormy Daniels y en otros litigios de alto perfil.
Nacido en 1974, Blanche tiene un historial extenso en el ámbito del derecho penal y se especializa en delitos financieros y de cuello blanco. Como exfiscal en el Distrito Sur de Nueva York, trabajó en casos de fraudes bancarios y corrupción pública. Antes de integrarse al equipo de Trump, fue socio en Cadwalader, Wickersham & Taft, donde también defendió a asociados de Trump como Paul Manafort en su juicio por fraude financiero. Su estilo, considerado «agresivo, pero táctico», ha sido decisivo para enfrentar los desafíos legales del expresidente, incluyendo investigaciones sobre el manejo de documentos clasificados.
En la misma designación, Trump nombró a Emil Bove, otro abogado de su confianza, como principal fiscal general adjunto asociado y fiscal general adjunto en funciones. Estas decisiones subrayan la importancia de los vínculos y la experiencia de ambos en litigios complejos y de alto perfil, de cara a las políticas y prioridades legales de la nueva administración.