Actores de videojuegos blindan su voz ante la IA

Un año de piquetes virtuales y reales llegó a su fin. El 9 de julio de 2025, los miembros de SAG-AFTRA que dan voz y cuerpo digital a los videojuegos aprobaron por 95.04 % el nuevo Acuerdo de Medios Interactivos, cerrando la huelga iniciada el 26 de julio de 2024 y suspendida el 11 de junio tras un pacto preliminar. El gran ganador: un paquete de garantías contra el uso no autorizado de inteligencia artificial.

«La IA era la pieza central de nuestro paquete», resumió la actriz Sarah Elmaleh, voz de Final Fantasy XV y Call of Duty: Black Ops III, tras conocerse el resultado. El gremio sabía que debía fijar un piso ético antes de que la tecnología redibujara la profesión.

El documento exige consentimiento informado y divulgación previa cada vez que un estudio desee crear réplicas digitales o entrenar modelos con la voz o la imagen de un intérprete, y permite revocar ese permiso durante cualquier paro laboral.

Para la presidenta de SAG-AFTRA, Fran Drescher, el acuerdo es «progreso en estado puro», una fórmula que resume la negociación: innovar sin sacrificar los derechos de quienes ponen el alma a personajes virtuales.

Los compromisos alcanzan a gigantes como Activision, Electronic Arts, Disney Character Voices, Formosa Interactive, Insomniac Games, Take-Two, Llama Productions y WB Games, que desde hoy deberán ceñirse a la nueva cláusula de IA.

Otra conquista apunta a la seguridad física: los sets de captura de movimiento con escenas de riesgo contarán obligatoriamente con personal médico, una demanda largamente ignorada.

En lo económico, los intérpretes recibirán un aumento compuesto de 15.17 % inmediato, más ajustes del 3 % en noviembre de 2025, 2026 y 2027, para acompañar el crecimiento del sector.

El conflicto se gestó tras la doble huelga de guionistas y actores de 2023; el gaming heredó esa energía, demostrando que los algoritmos también encuentran límites cuando hay negociación colectiva.

Más allá del acuerdo, el proyecto bipartidista NO FAKES busca prohibir la clonación de voz o imagen sin permiso y ya suma apoyos de peso como Disney y la Motion Picture Association.

Si los estudios más tecnificados aceptan restringir la IA para proteger la identidad humana, el resto de la industria creativa deberá tomar nota. Hoy, las voces reales siguen al mando.

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