
La NASA repara con calor una cámara dañada en Júpiter a 700 millones de kilómetros
En medio de los desafíos extremos del sistema joviano, la NASA logró una hazaña técnica extraordinaria: reparar una cámara dañada por radiación a más de 700 millones de kilómetros de la Tierra. Se trata de JunoCam, el instrumento óptico de la sonda Juno, que orbita Júpiter desde 2016.

Una cámara que no debía estar ahí… y terminó siendo clave
JunoCam fue añadida de última hora a la misión Juno, originalmente como herramienta de divulgación pública. Sin embargo, sus resultados científicos superaron todas las expectativas, permitiendo, entre otras cosas, un recuento preciso de los volcanes activos en Ío, la luna más explosiva del sistema solar.
El dispositivo utiliza un sensor de apenas 2 megapíxeles —fabricado por Kodak— que ya se había empleado en los descensos de los rovers Curiosity y Perseverance en Marte. Aunque no fue diseñado para soportar la brutal radiación de Júpiter, logró mantenerse funcional durante las primeras 34 órbitas de la nave.

Radiación, fallas y una solución creativa
En 2023, las imágenes enviadas por la cámara comenzaron a llegar distorsionadas, con líneas, ruido y pérdida de nitidez. La causa más probable: la radiación dañó un regulador de voltaje esencial para su funcionamiento. A 700 millones de kilómetros, las opciones de reparación eran limitadas.
Ahí surgió el ingenio. El equipo de Juno en la Tierra decidió aplicar un proceso conocido como “recocido”, que consiste en calentar el material dañado —en este caso, el silicio del sensor— a temperaturas inusualmente altas, con la esperanza de que eso restaurara su funcionamiento. Primero elevaron la temperatura a 25 °C; luego, lo llevaron al límite permitido por el calentador de la sonda.
Imágenes restauradas y un legado técnico
El resultado fue sorprendente. Pocas semanas antes del sobrevuelo de Ío el 30 de diciembre de 2023, las imágenes comenzaron a mejorar drásticamente. Durante ese acercamiento —a solo 1,500 km de distancia— la cámara capturó imágenes nítidas de volcanes, campos de lava y montañas cubiertas de escarcha de dióxido de azufre.
Desde entonces, el proceso de recocido se ha aplicado a otros instrumentos de la nave con buenos resultados, demostrando su utilidad no solo en esta misión, sino también como técnica de referencia para futuras exploraciones espaciales, tanto públicas como privadas.

Misión Juno: rumbo al final
Con más de 74 órbitas completadas, la misión Juno se acerca a su final, programado para septiembre de este año, tras una extensión que superó ampliamente los 18 meses previstos inicialmente. A pesar de las limitaciones presupuestarias y técnicas, Juno ha brindado descubrimientos fundamentales sobre el planeta más grande del sistema solar… y sobre cómo hacer ciencia a distancia en condiciones extremas.