
NASA detecta agua de cometa con la misma huella química que la de la Tierra
El análisis del cometa 12P/Pons-Brooks, con observaciones del radiotelescopio ALMA en Chile, ofrece la evidencia más sólida hasta ahora de que algunos cometas pudieron aportar agua y compuestos esenciales para la vida.
Por Sergio Martínez Estrada
El Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA lidera una investigación que podría cambiar la forma en que entendemos el origen del agua de la Tierra. Un equipo internacional de astrónomos ha determinado que el agua del cometa 12P/Pons-Brooks presenta una proporción de deuterio e hidrógeno (D/H) idéntica a la de los océanos terrestres: 1,71 × 10⁻⁴ (0,000171 átomos de deuterio por cada átomo de hidrógeno), con un margen de error de 0,000044.
Este valor es el más bajo jamás registrado en un cometa de tipo Halley y se sitúa en el extremo inferior de todas las mediciones realizadas en cometas. Para los científicos, este hallazgo no es un simple dato técnico: se trata de una huella química que sugiere un parentesco directo entre el agua que hoy cubre el 70% de nuestro planeta y la que viaja congelada en estos cuerpos celestes.
La “firma química” del agua
La relación D/H funciona como un marcador de origen. El deuterio es un isótopo del hidrógeno con un neutrón adicional, lo que lo hace más pesado. Su proporción en una muestra de agua queda determinada en el momento y lugar en que esa agua se formó, y apenas cambia con el tiempo. Por eso, comparar la D/H de distintas fuentes permite reconstruir la historia del agua en el Sistema Solar.
En las últimas décadas, las misiones espaciales y las observaciones desde Tierra han mostrado que la mayoría de los cometas tienen una proporción D/H mayor que la del agua terrestre, lo que llevó a muchos investigadores a pensar que los cometas no fueron la fuente principal de nuestros océanos. Este nuevo resultado obliga a replantear esa conclusión.
Un cometa singular
El cometa 12P/Pons-Brooks pertenece a la familia de cometas de tipo Halley, con órbitas que duran entre 20 y 200 años. Descubierto en 1812 por Jean-Louis Pons y redescubierto en 1883 por William Robert Brooks, este cuerpo helado es famoso por sus estallidos de actividad y su núcleo cubierto de materiales primordiales.
Durante su paso actual por el Sistema Solar interior, el equipo utilizó el radiotelescopio ALMA, ubicado en el desierto de Atacama (Chile), para mapear con un detalle sin precedentes la distribución de dos formas de agua: la ordinaria (H₂O) y la pesada (HDO). Las observaciones se completaron con datos del Telescopio Infrarrojo de la NASA en Hawái, lo que permitió obtener una imagen tridimensional de la composición de su coma —la nube de gas y polvo que rodea al núcleo— y medir la proporción D/H con gran precisión.
Por qué importa este hallazgo
“Estos resultados muestran que algunos cometas transportan agua idéntica a la terrestre, lo que apoya su papel en la historia de nuestro planeta”, señaló Martin Cordiner, autor principal del estudio y astrobiólogo de la NASA.
El hallazgo no solo aporta un argumento sólido a favor de la hipótesis de que parte del agua terrestre llegó mediante impactos cometarios, sino que también sugiere que estos cuerpos pudieron traer moléculas orgánicas que favorecieron la aparición de la vida.
Además, la confirmación de que el agua medida proviene directamente del hielo del núcleo —y no de procesos químicos en la coma— otorga mayor fiabilidad a la comparación con la Tierra. Esto fue posible gracias a la sensibilidad única de ALMA, que logró detectar la débil señal de agua pesada muy cerca del núcleo, algo que nunca se había conseguido en un cometa.
Un rompecabezas planetario
La pregunta sobre el origen del agua terrestre ha intrigado a científicos durante décadas. Los modelos de formación planetaria sugieren que la Tierra se originó en una región del Sistema Solar demasiado cálida como para retener agua. Esto implica que el agua llegó después, probablemente a través del bombardeo de cometas y asteroides.
Recuadro histórico — Misiones que han estudiado cometas
Rosetta (ESA, 2004–2016)
Orbitó y acompañó al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko durante más de dos años. Su módulo Philae realizó el primer aterrizaje en la superficie de un cometa. Midió una relación D/H tres veces mayor que la de la Tierra.
Deep Impact (NASA, 2005)
Lanzó un proyectil de 370 kg contra el cometa Tempel 1 para analizar el material expulsado. Mostró que el interior de los cometas contiene hielo primitivo mezclado con compuestos orgánicos.
Stardust (NASA, 1999–2011)
Recolectó partículas de la coma del cometa Wild 2 y las trajo a la Tierra. El análisis reveló compuestos orgánicos complejos y minerales formados en regiones calientes del Sistema Solar, sugiriendo un transporte de materiales a grandes distancias.
Giotto (ESA, 1985–1992)
Sobrevoló el cometa Halley a tan solo 596 km de distancia, ofreciendo las primeras imágenes cercanas de un núcleo cometario y confirmando la presencia de chorros activos de gas y polvo.
Con cada nueva medición, los astrónomos añaden piezas a este rompecabezas. El 12P/Pons-Brooks ahora se suma a un pequeño grupo de cometas cuya “firma” isotópica coincide con la de la Tierra, lo que obliga a replantear modelos anteriores y a estudiar si existe un patrón entre ciertos tipos de cometas y esta característica.
Glosario
- H₂O: Agua común, con dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.
- HDO: Agua pesada, con un átomo de deuterio (hidrógeno más pesado) y uno de hidrógeno, además de un oxígeno.
- Isótopo: Versión de un elemento con igual número de protones pero distinto número de neutrones.
- Deuterio: Hidrógeno que posee un neutrón adicional, lo que lo hace más pesado.
- Proporción D/H: Relación entre la cantidad de átomos de deuterio y de hidrógeno en una muestra de agua; funciona como una “firma” química para rastrear su origen.
- Coma: Nube de gas y polvo que rodea el núcleo de un cometa cuando se acerca al Sol.




