Documentan a Siqueiros: pasaporte íntimo a su arte

Un nuevo libro revela la dimensión más íntima y combativa de Siqueiros a través de 57 obras clave.

Una faceta poco explorada de David Alfaro Siqueiros —la del artista encerrado, el experimentador técnico y el hombre que nunca dejó de pintar como forma de lucha— queda al descubierto en Siqueiros documentado. Testimonio de un proceso creativo, obra editorial presentada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, en el marco del cincuentenario luctuoso del muralista.

Resultado de más de 30 años de investigación de la historiadora Irene Herner, en colaboración con la doctora Mónica Ruiz, el libro reúne 57 obras de caballete realizadas en distintos momentos de su vida, muchas de ellas durante su encarcelamiento en la Penitenciaría de Lecumberri (1960–1964), acusado por sus posturas políticas.

Publicada por la Secretaría de Cultura y el INBAL, la obra se divide en nueve capítulos temáticos: Autorretratos, Infancias, Mujeres de México, Bailarinas, Lo grotesco, Paisajes, Árboles y flores, Imágenes del pueblo y Personajes. Esta organización permite leer su producción íntima como un espejo del proceso creativo que nutría sus grandes murales, pero también como un testimonio autónomo de resistencia.

Durante la presentación, la directora del INBAL, Alejandra de la Paz, celebró el libro como un aporte fundamental para “redescubrir y complejizar la obra de uno de los creadores más influyentes del siglo XX mexicano”. Por su parte, Daniel Garza Usabiaga, director del Museo del Palacio de Bellas Artes, destacó que “incluso en géneros como el paisaje, Siqueiros introduce el conflicto político y la metáfora social”.

La coautora Mónica Ruiz subrayó que cada obra fue documentada rigurosamente, rastreando su autenticidad, técnica, contexto y relación con otras piezas. “Cada cuadro es una historia, una ventana singular al universo plástico de Siqueiros”, dijo. Irene Herner recordó que este libro se enmarca en una investigación iniciada en 1993, centrada en rescatar las obras producidas en prisión, en el exilio o fuera del espacio mural tradicional.

Las piezas revelan un diálogo constante entre lo privado y lo colectivo, entre la reflexión estética y la urgencia política. Desde autorretratos que funcionan como laboratorios emocionales hasta imágenes de mujeres mexicanas como campesinas, guerrilleras o madres trabajadoras, el libro plantea una lectura profunda del México que Siqueiros quiso transformar.

Más allá del homenaje conmemorativo, Siqueiros documentado abre nuevas rutas para el estudio del muralismo mexicano desde sus zonas menos visibles. Es también un llamado a repensar el arte público como herramienta crítica, poética y política.

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