Moody’s cambia de ‘estable’ a ‘negativa’ la perspectiva de calificación de México

Moody’s Ratings modificó la perspectiva crediticia de México a “negativa” desde “estable”, aunque mantuvo la calificación en “Baa2”. Esta revisión refleja preocupaciones sobre el entorno económico e institucional en México, especialmente en relación con la formulación de políticas y el marco normativo, que Moody’s considera podrían impactar negativamente en los resultados fiscales y económicos.

La agencia explicó que varios factores han influido en esta decisión, entre ellos:

  1. Deterioro fiscal y deuda pública: Moody’s señaló que el aumento del déficit fiscal a más del 5% del PIB este año, sumado a la rigidez en el gasto público, complicará los esfuerzos de consolidación fiscal en el futuro. La carga de la deuda pública se estima que aumentará del 40% al 45% del PIB en 2025, y podría alcanzar el 50% en 2027-2028 si no se implementan medidas de consolidación fiscal más contundentes.
  2. Impacto de Pemex: La agencia advirtió que existe un riesgo creciente de que los pasivos de Pemex se sumen al balance del gobierno, lo que pondría más presión sobre las finanzas públicas.
  3. Reformas y calidad institucional: Moody’s expresó preocupación sobre el entorno institucional en México, destacando la reciente reforma del Poder Judicial, que considera podría afectar el sistema de pesos y contrapesos, así como la estabilidad del entorno empresarial. Moody’s señaló que la calidad de las instituciones en México ya es baja en comparación con países de calificación similar.
  4. Riesgo en la relación comercial con EE. UU.: La agencia subrayó que la revisión del T-MEC en 2026 representa un riesgo. Posibles cambios en temas como la regla de origen y las especificaciones laborales podrían impactar las exportaciones de México hacia EE. UU., lo que afectaría el desempeño económico del país.

Moody’s, sin embargo, destacó que México sigue beneficiándose de una economía diversa y de políticas fiscales y monetarias prudentes, lo que ha permitido moderar los desequilibrios macroeconómicos. La economía mexicana también podría beneficiarse del fenómeno de relocalización (nearshoring), que impulsa la inversión en sectores estratégicos.

En conclusión, aunque Moody’s mantiene la calificación de México en “Baa2” por su base económica sólida, la perspectiva negativa refleja los desafíos fiscales e institucionales que podrían poner en riesgo la estabilidad crediticia del país a mediano plazo.

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