El secretario de Hacienda de México, Rogelio Ramírez de la O, se reunió en Nueva York con los directores ejecutivos de dos importantes instituciones financieras, Jamie Dimon de JPMorgan Chase y Larry Fink de BlackRock, en un contexto de transición política con la próxima toma de protesta de la nueva presidenta Claudia Sheinbaum.
Estas reuniones se llevaron a cabo mientras el gobierno entrante de Sheinbaum evalúa estrategias para impulsar la inversión extranjera, en un momento en que México se enfrenta a desafíos económicos y políticos significativos, incluidos los recientes cambios en el Congreso que han generado cierta incertidumbre en los mercados.
Dimon había expresado previamente optimismo sobre las oportunidades de inversión en México, especialmente en relación con el nearshoring, una tendencia en la que las fábricas y empresas se reubican más cerca de los Estados Unidos. Sin embargo, los estrategas de JPMorgan han rebajado su postura alcista sobre el peso mexicano debido a los riesgos asociados con las elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
Por su parte, Fink tiene un historial de reuniones con líderes mexicanos, y su firma BlackRock mantiene un fuerte compromiso con el país, donde gestiona productos financieros y adquirió parte de Citibanamex en 2018. BlackRock ha visto a México como un mercado clave para su expansión en América Latina.
Estas reuniones se consideran clave para fortalecer las relaciones con los inversionistas internacionales y asegurar el flujo de capital necesario para proyectos de infraestructura y desarrollo económico en la nueva administración de Sheinbaum.