La presencia de Taylor Swift en el Super Bowl 2025, celebrado en el Caesars Superdome de Nueva Orleans, generó una inesperada ola de abucheos por parte de los fanáticos del fútbol americano. La cantante, quien apareció en la pantalla gigante del estadio durante el partido, mostró una expresión de desconcierto ante la reacción del público, aunque decidió asumir su papel como la «villana» del evento.
Este momento rápidamente se convirtió en tendencia en redes sociales, donde miles de usuarios comentaron sobre la actitud del público hacia la estrella del pop. Swift asistió al Super Bowl por segundo año consecutivo, luego de haber estado presente en la edición anterior en Las Vegas para apoyar a su novio, Travis Kelce, jugador de los Kansas City Chiefs.
Sin embargo, su presencia ha generado opiniones divididas entre los aficionados, quienes han criticado la constante atención que recibe durante las transmisiones y en las pantallas de los estadios. Aunque Swift ha declarado ser fanática de los Philadelphia Eagles, equipo con el que creció en Pensilvania, su lealtad cambió la temporada pasada cuando inició su relación con Kelce. Este giro en su apoyo deportivo no pasó desapercibido para los fanáticos más apasionados, quienes consideraron su cambio de lealtad como una traición a sus raíces.
Algunos especulan que los abucheos se debieron a que la mayoría de los asistentes al Super Bowl 2025 apoyaban a los Eagles, por lo que verían a Swift como su «enemiga» al ser pareja de un jugador del equipo rival. En videos compartidos en redes sociales, se observa a la cantante junto a Ice Spice, mostrando sorpresa ante los abucheos, pero decidiendo ignorarlos y continuar atenta al partido.
Curiosamente, la misma multitud que abucheó a Swift ovacionó al expresidente Donald Trump cuando apareció en la pantalla gigante del estadio. Este contraste en las reacciones podría estar relacionado con la postura política de la cantante, quien expresó abiertamente su apoyo a la exvicepresidenta Kamala Harris en las elecciones de 2024. El 10 de septiembre de ese año, Swift hizo pública su posición, lo que provocó una fuerte respuesta de Trump en Truth Social, donde escribió: «¡Odio a Taylor Swift!».
Este episodio en el Super Bowl 2025 no solo refleja la polarización en torno a la figura de Taylor Swift, sino también cómo su influencia trasciende la música y se entrelaza con el deporte y la política, generando reacciones intensas y debates en la opinión pública.