El cierre de Nissan en Morelos marca el fin de una etapa histórica para la industria automotriz en CIVAC.
Jiutepec, Morelos.— La empresa automotriz Nissan confirmó el cierre definitivo de su planta en la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (CIVAC) para marzo de 2026, como parte de su plan global de reestructuración. La noticia ha generado una fuerte reacción entre los trabajadores y la comunidad, al tratarse de una fábrica que durante casi seis décadas formó parte del tejido económico, urbano y social de Morelos.
La planta de CIVAC fue inaugurada en 1966, convirtiéndose en la primera instalación de Nissan fuera de Japón. Su llegada a Jiutepec fue impulsada por empresarios visionarios, entre ellos la familia Iñárritu Irragorri, y respaldada por el entonces gobernador Emilio Riva Palacio. En un contexto de modernización e industrialización, la instalación de Nissan no sólo trajo inversión extranjera, sino que redefinió el perfil del estado y de su capital laboral.
Desde su fundación, la planta produjo modelos emblemáticos como el Tsuru, el Sentra y el Versa, y se convirtió en un motor económico clave para Morelos. Pero su impacto fue más allá de lo económico: generaciones de familias encontraron ahí su fuente de empleo y estabilidad. La existencia misma de la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca está ligada íntimamente al asentamiento de Nissan; calles, comercios, escuelas y viviendas crecieron a la par del crecimiento de la planta. En Jiutepec, hablar de Nissan no es hablar sólo de una fábrica: es hablar de una forma de vida.

El anuncio fue comunicado internamente mediante el sistema de altavoces de la empresa, en un mensaje grabado por trabajadores, donde se informó que la producción cesará en marzo de 2026 y que se cumplirán las obligaciones laborales, sin precisar fechas ni condiciones. Se estima que el cierre afectará a entre 2,300 y 3,500 empleados directos, además de miles de empleos indirectos.
El Sindicato Independiente de Trabajadores de Nissan (SITNISSAN) convocó una asamblea extraordinaria el 30 de julio. En ella, los dirigentes pidieron evitar protestas y mantener la calma, mientras se evalúan rutas legales. Algunos trabajadores propusieron medidas más drásticas, pero se acordó esperar los términos formales del cierre por parte de la empresa.
Nissan explicó que la decisión forma parte del plan Re:Nissan, que busca centralizar operaciones en plantas más modernas, como la de Aguascalientes. La compañía no atribuyó su salida a conflictos internos ni problemas de seguridad, sino a criterios de eficiencia y sostenibilidad a escala global.
El cierre de la planta de CIVAC no sólo representa una pérdida económica: representa también el cierre de un ciclo histórico para Morelos. Durante casi 60 años, Nissan no fue solo una empresa: fue símbolo de progreso, identidad obrera y pertenencia comunitaria. Su partida no sólo obliga a replantear la política industrial del estado, sino también a reconstruir una memoria colectiva que queda marcada por el fin de una era.