Mario Marín, ex gobernador de Puebla, seguirá proceso en libertad

Mario Plutarco Marín Torres, el ex gobernador de Puebla detenido en 2021 por la tortura de la periodista Lydia Cacho, ha sido liberado tras más de tres años en el penal del Altiplano, Estado de México. La decisión ha generado una ola de indignación, pues Marín podrá continuar su proceso judicial en libertad, según confirmó la abogada de la periodista.

La jueza Angélica del Carmen Ortuño Suárez, del Segundo Distrito de Quintana Roo, fue quien ordenó la liberación del ex mandatario en una audiencia realizada el 10 de agosto. La jueza determinó que Marín no representa un riesgo suficiente para mantenerlo en prisión preventiva, y por ello modificó las medidas cautelares en su contra. A cambio de su libertad, Marín deberá pagar una multa de 100 mil pesos.

El caso ha sido fuertemente criticado, incluso por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en su conferencia mañanera cuestionó el «sabadazo» del cambio de medida cautelar, subrayando la gravedad de las acusaciones que pesan sobre Marín. La liberación de Marín no implica su exoneración de los cargos, pero ha generado preocupación sobre el mensaje que envía a las víctimas de tortura y a la sociedad en general.

Araceli Andrade, abogada de Lydia Cacho, confirmó que Marín ya está en su casa en Puebla, y anunció que apelarán el cambio de medida cautelar antes del 14 de agosto. Andrade criticó duramente la decisión judicial, señalando que «esto manda un mensaje claro: si alguien te tortura, la ley puede respaldarlo».

Las acusaciones contra Marín se originaron en 2005, cuando Lydia Cacho publicó su libro Los demonios del Edén, en el que expone una red de explotación sexual infantil que involucraba a empresarios como Jean Succar Kuri y Kamel Nacif Borge, este último amigo cercano de Marín. La detención del ex gobernador en 2021 fue vista como un avance en la lucha contra la impunidad, pero su reciente liberación ha reavivado la indignación en el ámbito nacional e internacional.

El caso de Mario Marín, conocido como el «góber precioso», sigue siendo un símbolo de la lucha contra la corrupción y la violencia en México, y su liberación plantea serias preguntas sobre la justicia y los derechos de las víctimas.

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