Once muertos en Irapuato: la violencia irrumpe en las fiestas patronales

Lo que debía ser una noche de celebración y comunidad en el barrio de San Juan, en la colonia Barrio Nuevo de Irapuato, Guanajuato, terminó convertido en una escena de horror. La festividad en honor al santo patrono fue interrumpida violentamente cuando un grupo armado irrumpió en el lugar y abrió fuego contra los asistentes. El saldo oficial hasta el momento es de 11 personas muertas y al menos 20 heridas, aunque la cifra podría aumentar conforme se recaben más datos, ya que varios heridos fueron trasladados por medios particulares a hospitales de la zona.

Entre las víctimas fatales se encuentra un adolescente de apenas 17 años. Testimonios recabados por medios locales indican que el ataque fue directo y planeado: los agresores llegaron al sitio alrededor de las 22:00 horas, descendieron de al menos dos vehículos y dispararon a quemarropa. La escena, en cuestión de segundos, se tornó caótica: cuerpos en el suelo, gritos de auxilio, y familias intentando resguardarse detrás de altares, puestos de comida y escenarios improvisados.

La Secretaría de Seguridad Ciudadana de Guanajuato desplegó a sus elementos para asegurar la zona. La Fiscalía estatal, por su parte, ya inició una carpeta de investigación bajo el supuesto de homicidio calificado. Se están revisando cámaras de videovigilancia pública y privada, y se ha solicitado la colaboración de la ciudadanía para aportar imágenes o información útil. Agentes del Ministerio Público, peritos forenses y policías investigadores trabajan en la identificación de las víctimas y la reconstrucción de los hechos.

Este nuevo episodio de violencia en Guanajuato, una de las entidades con mayores índices de homicidios en el país, vuelve a poner en tela de juicio la efectividad de las estrategias de seguridad implementadas por autoridades estatales y federales. Organizaciones de derechos humanos y colectivos ciudadanos han expresado su indignación por la falta de respuesta oportuna de las corporaciones policiales, así como por la impunidad que suele acompañar estos crímenes.

La masacre ocurre en un contexto donde las redes sociales se han convertido en el primer canal de difusión de información —y también de angustia. Videos y fotos del ataque comenzaron a circular minutos después del suceso, compartidos por jóvenes asistentes, muchos de ellos de la llamada generación Z. Aunque estos registros visuales permiten reconstruir los hechos con mayor rapidez, expertos en comunicación y psicología alertan sobre el riesgo de normalización de la violencia y el impacto psicológico que puede causar el consumo constante de contenidos violentos.

“Estamos viviendo una época en la que el horror se comparte como entretenimiento”, advirtió la investigadora en cultura digital, Laura N., al subrayar que urge incluir en la educación básica y media estrategias de alfabetización mediática y educación para la paz. “La violencia ya no solo nos impacta físicamente, también nos transforma mentalmente cuando se vuelve parte del paisaje cotidiano de las redes sociales”, concluyó.

Mientras tanto, Irapuato despierta de nuevo en duelo. Las celebraciones patronales de San Juan han sido suspendidas indefinidamente y los vecinos de Barrio Nuevo exigen justicia y garantías mínimas para poder vivir, celebrar y convivir sin miedo.

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