Queman vehículos y atacan presidencia en Zinapécuaro, Michoacán

La madrugada de este viernes, los municipios de Zinapécuaro y Queréndaro, en el estado de Michoacán, fueron escenario de una ola de violencia atribuida a grupos delictivos. Los ataques, perpetrados con vehículos blindados artesanalmente, conocidos como «monstruos», dejaron destrucción y pérdida de vidas humanas, reflejando la creciente inseguridad en la región.


Ataque en Zinapécuaro

  • Alrededor de 20 vehículos con hombres armados irrumpieron en el municipio, incendiando automóviles y disparando contra viviendas.
  • Uno de los puntos atacados fue la presidencia municipal, donde los agresores también incendiaron un vehículo y dispararon contra el edificio. Este lugar alberga las oficinas de la dirección de seguridad pública.

Ataque en Queréndaro

  • En el vecino municipio de Queréndaro, los atacantes se dirigieron a la alcaldía, donde un policía perdió la vida en el enfrentamiento.
  • Este ataque, con características similares al de Zinapécuaro, refuerza las preocupaciones sobre la coordinación y capacidad de estos grupos criminales.

Reacciones y operativo de seguridad

El secretario de Gobierno de Michoacán, Carlos Torres Piña, emitió un comunicado destacando que:

  • Se ha desplegado un operativo conjunto entre autoridades estatales y federales para atender la emergencia y restablecer la seguridad en la región.
  • Se están llevando a cabo acciones para identificar y detener a los responsables.

El ataque pone de manifiesto la violencia que persiste en Michoacán, una entidad donde diversos grupos del crimen organizado compiten por el control de territorios estratégicos para el narcotráfico y otras actividades ilícitas.

Los «monstruos», vehículos blindados utilizados por los atacantes, son un sello distintivo de los grupos criminales que operan en la región, especialmente en enfrentamientos contra fuerzas del orden o bandas rivales. Michoacán ha enfrentado durante años un panorama de inseguridad, con municipios como Zinapécuaro y Queréndaro sufriendo las consecuencias de esta violencia.

El gobierno estatal y federal enfrenta el desafío de frenar la actividad de estos grupos armados, que siguen representando una amenaza significativa para la población y las instituciones locales.

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