
Seis microsismos sacuden Naucalpan sin daños
Durante la madrugada del martes 25 de junio, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) registró seis microsismos en Naucalpan, Estado de México, entre las 00:27 y las 04:54 horas. Las magnitudes oscilaron entre 1.2 y 2.1 grados, con una profundidad estimada de un kilómetro. Aunque no se reportaron daños materiales ni personas lesionadas, el fenómeno generó inquietud entre la población y reavivó el debate sobre la preparación frente a riesgos geológicos en la zona metropolitana del Valle de México.
Los sismos fueron tan superficiales que algunos habitantes de zonas como San Mateo Nopala, Echegaray y Tecamachalco dijeron haber sentido vibraciones leves en sus casas. En redes sociales, especialmente en X (antes Twitter) y grupos de WhatsApp vecinales, se compartieron testimonios de personas que escucharon crujir muros, vibrar ventanas o despertaron por la sensación de movimiento. Otros solo se enteraron al revisar las notificaciones de sus apps de alerta sísmica, que funcionaron como despertadores inesperados para estudiantes y trabajadores nocturnos.
Protección Civil de Naucalpan emitió un comunicado pidiendo mantener la calma y recordando a la población la importancia de tener una mochila de emergencia lista, ubicar las rutas de evacuación más seguras y conocer los puntos de reunión familiares en caso de emergencia. “Estos eventos son recordatorios naturales de que vivimos en una zona sísmica activa y que la prevención debe ser parte de nuestra rutina”, declaró la titular de la dependencia, Ana Patricia Hernández.
Especialistas del Instituto de Geofísica de la UNAM explicaron que los microsismos en el Valle de México son más frecuentes de lo que la gente percibe y, aunque rara vez provocan daños, sí reflejan la actividad tectónica de la región. “Son liberaciones de energía menores, pero no deben tomarse a la ligera. A veces son premonitorios de eventos mayores, aunque no siempre hay una correlación directa”, señaló el geofísico Eduardo Ruiz, quien subrayó que la profundidad y la cercanía del epicentro influyen más en la percepción que la magnitud.
Otro punto que preocupa a los expertos es la calidad de las construcciones en municipios del poniente del Valle de México. “Aunque estos microsismos no provocaron daños, revelan la vulnerabilidad de muchas edificaciones que fueron construidas sin respetar normas técnicas adecuadas, especialmente en zonas con laderas o suelos inestables”, advirtió la arquitecta y urbanista Rebeca Velasco.
Este tipo de sismos también deja ver una creciente cultura digital de prevención entre la juventud: aplicaciones como SkyAlert, SASSLA o MyShake han ganado terreno entre los estudiantes, repartidores y oficinistas de la zona, quienes ya saben qué hacer cuando llega una alerta, aunque sea leve. Las redes se han convertido en un espacio de difusión inmediata de datos sísmicos, y también en plataformas donde se comparten memes que ayudan a bajar la tensión.
A pesar de que no hubo afectaciones, la jornada sísmica sirve como recordatorio de que la preparación nunca está de más. Autoridades estatales exhortaron a las alcaldías a actualizar sus protocolos y realizar simulacros periódicos, mientras organismos como el Colegio de Ingenieros Civiles llamaron a revisar estructuras escolares y habitacionales, especialmente aquellas construidas antes de 1985.



