La infanta Elena celebraba este miércoles su 60º cumpleaños y quiso tener cerca a buena parte de la familia real para festejar esa cifra redonda. Junto a ella estuvieron sus hijos, Victoria Federica y Felipe de Marichalar, sus padres, don Juan Carlos y doña Sofía, sus hermanos, la infanta Cristina y Felipe VI, y su cuñada doña Letizia, así como algunos de sus sobrinos (Juan Valentín, Pablo e Irene Urdangarin) y otros miembros de la familia. La familia homenajeó a la infanta Elena en un conocido restaurante cercano al estadio Bernabéu y a la salida de la comida se produjo un curioso momento entre ella y su padre.
Estamos acostumbrados a ver a doña Elena haciendo la reverencia en señal de respeto al Emérito, pero en esta ocasión, la que fuera mujer de Jaime de Marichalar y su padre llevaron a cabo un cómplice saludo que se ha hecho viral a las pocas horas. Después de darse dos besos y de que doña Elena hiciera la tradicional reverencia, padre e hija se realizaron mutuamente la señal de la Santa Cruz en la frente y después realizaron un choque de manos y puños y se dieron un par de palmaditas en el hombro apoyando la mano en lado derecho del pecho dejando sorprendidos a los que en ese momento los rodeaban.
El curioso saludo entre el Rey Juan Carlos y la Infanta Elena https://t.co/xeGNt3Z7TX pic.twitter.com/9Fhb2IcLfl
— EL MUNDO (@elmundoes) December 20, 2023
Son muchas las teorías que han surgido después de ver la cariñosa despedida de padre e hija, que como se sabe mantienen una gran relación y la infanta suele visitar a su padre en Abu Dabi con frecuencia. Algunos hablan de un gesto cómplice entre ellos que recuerda a los saludos que suelen hacer los jugadores de la NBA antes de un partido, aunque en este caso parece que la señal de la santa cruz en la frente no encajaría demasiado.
Otros apuntan que se trata de un saludo habitual entre padres e hijos creyentes y que se remontaría a la época de Alfonso XIII. Dicen que ya el propio don Juan Carlos saludaba así a la que fue su madre, María de las Mercedes de Borbón y Orleans. Lo cierto es que al menos de manera pública nunca habíamos visto a la infanta y su padre despedirse de esta forma y parece que es casi un ritual secreto entre ellos.
