Las fuerzas rusas lanzaron más de 50 misiles y drones explosivos contra la red eléctrica de Ucrania en un ataque «masivo» que afectó siete regiones del país. El bombardeo, realizado antes del amanecer del miércoles, causó daños en viviendas y en la red ferroviaria, además de herir a tres personas, incluida una niña de ocho años.
Estos ataques contra la infraestructura energética son parte de una estrategia para privar de energía a la manufactura ucraniana y afectar la moral de la población. Las fuerzas rusas también buscan consumir las defensas antiaéreas ucranianas mientras Kiev espera recibir apoyo militar de Occidente.
Aunque los bombardeos rusos han disminuido en las últimas semanas, las autoridades ucranianas sospechan que Moscú está acumulando recursos para una gran ofensiva. Esta última serie de ataques se produce en un momento especialmente simbólico, ya que Ucrania conmemora el fin de los combates en Europa de la II Guerra Mundial.
Los ataques afectaron instalaciones en siete regiones, incluyendo zonas lejanas al frente de batalla, como la región de Leópolis, en el extremo oeste del país. Las defensas antiaéreas ucranianas derribaron varios misiles y drones, pero aún así, se reportaron daños graves en centrales térmicas y otros equipos.
Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, la infraestructura energética ucraniana ha sido atacada repetidamente, resultando en la muerte de trabajadores y la interrupción del suministro eléctrico en diversas áreas del país.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, condenó los ataques, señalando que ocurrieron en un día de significado histórico para su país. Mientras tanto, las autoridades ucranianas continúan enfrentando desafíos tanto en el frente militar como en la protección de su infraestructura vital.
