
Rusia lanzó ataque masivo contra sistema energético de Ucrania
Rusia lanzó 35 misiles y cerca de 400 drones contra instalaciones de gas en 15 localidades de Ucrania. Naftogaz reportó daños severos en su red y el Ejército confirmó impactos en Kiev y cinco regiones más.
Kiev. Durante la madrugada del viernes, las fuerzas armadas de Rusia llevaron a cabo un ataque de gran escala contra el sistema energético de Ucrania. El Ejército ucraniano reportó el uso de 35 misiles y cerca de 400 drones en lo que describió como la mayor ofensiva contra infraestructuras de gas y energía desde el inicio de la invasión en 2022.
Según el parte militar, la defensa aérea ucraniana logró interceptar una parte de los proyectiles, pero al menos 78 drones y 18 misiles impactaron en instalaciones estratégicas. Los blancos alcanzados se ubicaron en las regiones de Poltava, Sumi, Dnipropetrovsk, Odesa, Chernígov y en la capital, Kiev, lo que refleja la extensión del operativo.
La empresa estatal Naftogaz, responsable de la extracción, transporte y distribución de gas en Ucrania, informó que varias de sus instalaciones resultaron dañadas. Los ataques afectaron plantas de procesamiento, depósitos de almacenamiento y tramos de gasoductos que alimentan a distintas zonas del país. La compañía señaló que este fue el mayor ataque registrado contra su red desde que comenzó la guerra.
Las autoridades locales confirmaron cortes de suministro en algunas áreas y advirtieron que los trabajos de reparación podrían prolongarse debido a la magnitud de los daños. Equipos técnicos se desplegaron en las regiones más afectadas para evaluar el estado de las instalaciones y comenzar las labores de restauración, aunque las operaciones se ven limitadas por el riesgo de nuevos bombardeos.
El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó la ofensiva y declaró que los objetivos incluyeron tanto infraestructuras energéticas como puntos vinculados al “complejo militar-industrial” de Ucrania. La dependencia aseguró que todos los blancos designados fueron alcanzados y destacó el uso de drones y misiles de largo alcance en la operación.
No se han dado cifras oficiales sobre víctimas civiles o militares derivadas del ataque. Las autoridades ucranianas han informado únicamente de daños materiales y del impacto directo en el sistema energético nacional.
La ofensiva se produce a pocos días del inicio del periodo invernal, cuando aumenta la demanda de gas y calefacción en la mayor parte del territorio ucraniano. En años anteriores, Rusia ha intensificado ataques similares durante esta temporada, centrando su estrategia en instalaciones de energía eléctrica, hidroeléctrica y de distribución de gas.
Este año, el ataque contra las instalaciones de gas plantea un escenario de mayor vulnerabilidad, ya que el país depende en gran medida de estas infraestructuras para garantizar calefacción y servicios básicos en los meses más fríos. Ucrania intenta asegurar reservas de combustible mediante importaciones y préstamos internacionales, aunque expertos advierten que las reservas podrían resultar insuficientes si continúan los bombardeos a gran escala.
El gobierno ucraniano mantiene desplegadas brigadas de emergencia para atender los cortes de suministro y reactivar, en la medida de lo posible, las instalaciones afectadas. La situación coloca a millones de ciudadanos ante un invierno con riesgo de interrupciones prolongadas en servicios esenciales.