Donald Trump prefiere el sabor de la Coca-Cola mexicana

En EE.UU. y desata debate sobre el uso de la caña de azúcar como endulzante.

Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, sorprendió al anunciar que pronto en su país solo se venderá Coca-Cola endulzada con azúcar de caña, como la que se produce en México. A través de su red Truth Social, el mandatario compartió que, tras conversaciones con la empresa Coca-Cola, esta aceptó modificar su fórmula en EE.UU., abandonando el jarabe de maíz de alta fructosa en favor del ingrediente utilizado en la versión mexicana.

“Será una muy buena decisión. Es simplemente mejor”, afirmó Trump. El anuncio fue acompañado por una imagen oficial desde la Casa Blanca con el mensaje “Tómate una Coca-Cola con Trump” y una botella personalizada con su apellido en la etiqueta.

Este gesto ha reavivado el debate sobre el sabor de la Coca-Cola mexicana, reconocida mundialmente por ser endulzada con azúcar de caña natural y servida tradicionalmente en botellas de vidrio. Estos factores, junto con el efecto nostálgico que provoca entre consumidores y turistas, hacen que muchos la consideren la mejor versión del popular refresco a nivel global.

La reacción de la empresa con sede en Atlanta no se hizo esperar. Un portavoz agradeció el entusiasmo del presidente y adelantó que próximamente se revelarán nuevos detalles sobre las modificaciones en su portafolio.

Sin embargo, el cambio ha generado preocupación entre los productores de maíz estadounidenses. John Bode, presidente de la Asociación de Refinadores de Maíz, advirtió que esta decisión podría tener consecuencias económicas severas: “Esta medida podría costar miles de empleos en la industria alimentaria, reducir ingresos agrícolas y aumentar importaciones de azúcar, sin beneficios nutricionales”.

Trump ha mantenido una relación ambivalente con Coca-Cola. Aunque es fan declarado de la versión light —al punto de haber instalado un botón rojo en el Despacho Oval para pedirla—, en 2012 criticó los refrescos dietéticos como potencialmente dañinos. “La Coca-Cola está matando a la humanidad. De todas formas, seguiré tomándola”, escribió entonces.

El anuncio, además de su carga simbólica, abre un nuevo capítulo en la historia del producto más icónico de EE.UU., con México como inesperado referente de calidad y sabor. Ahora, consumidores, productores y expertos se preguntan: ¿cómo afectará este cambio a la industria y al paladar estadounidense?

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