La posible inclusión del derecho al aborto en el texto final de conclusiones de la cumbre de líderes del G7 terminó siendo el mayor punto de desencuentro en el foro. Las líneas generales de la cumbre, que sirven para marcar posiciones comunes en cuestiones geopolíticas clave como la guerra en Ucrania, se vieron ensombrecidas por esta polémica.
Los primeros borradores del comunicado final incluían una alusión explícita al derecho al aborto, que finalmente fue retirada, aparentemente debido a los recelos del Gobierno de Giorgia Meloni, anfitriona de la cumbre. La primera ministra italiana no oculta sus posiciones conservadoras y, bajo su mandato, se aprobó una reforma que permite a los grupos antiabortistas acceder a las clínicas.
Disputas en el G7
El Gobierno italiano intentó restar importancia al supuesto desencuentro en el G7, refiriéndose a la declaración suscrita el año pasado en Hiroshima (Japón), en la que se menciona que las mujeres deben tener «acceso al aborto» y a una atención posterior de manera «segura y legal».
Para Meloni, la “polémica” es “engañosa”. Negó que su gobierno pidiese un “paso atrás” en esta materia y llamó, en cambio, a no ser “innecesariamente repetitivos” en el comunicado final.
Meloni fue más allá, pidiendo que no se haga “campaña” en este tipo de foros, en una alusión velada al presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien públicamente lamentó que el texto no incluyera el término “aborto” y reconoció que su gobierno y el de Italia tienen diferentes “sensibilidades”.
“Francia integró el derecho de las mujeres a abortar, la libertad de disponer de su propio cuerpo, en la Constitución”, sostuvo Macron, quien aspira a que este derecho quede también consagrado a nivel de la Unión Europea.
El papel de Joe Biden
El aborto es uno de los grandes temas de la campaña electoral en Estados Unidos. De hecho, el presidente norteamericano, Joe Biden, lanzó un nuevo alegato en favor de la “libertad reproductiva” tras un fallo del Tribunal Supremo que autoriza la distribución de una píldora abortiva.
Biden dejó fuera este tema de su reunión bilateral con Meloni, pero el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, negó que las discusiones en el seno del G7 puedan de alguna forma “cambiar” las posiciones de Washington.
La disputa en torno al derecho al aborto en la cumbre del G7 subraya la complejidad y la sensibilidad del tema a nivel internacional. Mientras algunos líderes buscan avanzar en la protección de los derechos reproductivos, otros mantienen una postura conservadora, reflejando las profundas divisiones que existen en torno a esta cuestión.
