El ejército israelí informó el viernes que llevó a cabo un ataque aéreo contra el cuartel general de Hezbollah en Beirut, provocando una explosión que generó densas columnas de humo naranja y negro en el cielo.
Según el Ministerio de Salud del Líbano, al menos dos personas perdieron la vida y 76 resultaron heridas tras el bombardeo.
Diversos canales de televisión israelíes afirmaron que el objetivo del ataque era el líder de Hezbollah, Hasán Nasrallah. Sin embargo, estas versiones no fueron corroboradas por fuentes oficiales, y el ejército israelí evitó hacer comentarios al respecto. No obstante, la magnitud del ataque sugiere que el objetivo era de gran relevancia.
En un movimiento significativo, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu interrumpió su viaje en Estados Unidos y regresó apresuradamente a Israel, lo que sugiere la importancia del ataque. Esto ocurrió poco después de que pronunciara un discurso en la Asamblea General de la ONU, donde reiteró su compromiso con la ofensiva contra Hezbollah.
La fuerza de la explosión fue tal que rompió ventanas y sacudió edificios a más de 30 kilómetros al norte de Beirut, mientras ambulancias acudían al lugar con las sirenas encendidas.
