
Incendios en Los Ángeles: el fuego no cede, saldo mortal de 24 víctimas
Los incendios que devastan Los Ángeles se han intensificado nuevamente debido al aumento de los vientos, alcanzando ráfagas de hasta 80 kilómetros por hora en el Valle de San Fernando. Este desastre, uno de los peores registrados en California, ha dejado hasta ahora un saldo de 24 muertos, decenas de desaparecidos y una destrucción masiva que incluye 12 mil inmuebles consumidos y 16 mil hectáreas arrasadas, un área superior al tamaño de San Francisco.
Equipos de bomberos, apoyados por la Guardia Nacional y personal de México, Canadá y Ucrania, han trabajado sin descanso durante cinco días. Sin embargo, las condiciones de vegetación seca y la falta de lluvias durante ocho meses complican los esfuerzos para contener los incendios, especialmente el llamado Palisades Fire, del cual apenas se ha logrado extinguir el 10%. Este fuego amenaza con extenderse hacia zonas emblemáticas como el Museo J. Paul Getty y la Universidad de California en Los Ángeles.
El sheriff de Los Ángeles, Robert Luna, describió los vecindarios afectados como “zonas de guerra”, mientras el gobernador Gavin Newsom calificó este evento como uno de los más devastadores en términos económicos y humanos. Las autoridades han emitido órdenes de evacuación obligatoria para más de 105 mil personas en áreas costeras y montañosas, advirtiendo a los residentes que no regresen por motivos de seguridad.
La situación se agrava con reportes de saqueos y personas que intentan regresar a sus hogares por medicamentos o para recuperar a sus mascotas. Para prevenir incidentes, las autoridades han ampliado el toque de queda y reforzado la vigilancia con perros rastreadores. Además, advierten que el ambiente es “tóxico” debido a la presencia de materiales peligrosos como cenizas contaminadas, plomo, arsénico y amianto.
El gobernador Newsom también denunció desinformación tras ser criticado por el presidente electo Donald Trump, quien lo tachó de “incompetente”. A pesar de las críticas, Newsom reafirmó que las prioridades son garantizar la seguridad de los ciudadanos y continuar los esfuerzos de combate al fuego en medio de condiciones extremas.
Mientras los vientos amenazan con superar los 100 kilómetros por hora, el peligro persiste y los equipos en terreno enfrentan un desafío monumental para evitar que el “infierno” de llamas siga cobrando vidas y destruyendo comunidades enteras.



