Cuatro muertos y 67 heridos en Sanaa, capital de Yemen, tras la ofensiva aérea israelí; el ataque responde al lanzamiento de un misil hutí con munición de racimo contra su territorio.
Jerusalén / Sanaa, Yemen, 24 de agosto de 2025. Israel lanzó la madrugada de este domingo una serie de bombardeos contra Sanaa, capital de Yemen, controlada por los hutíes, en represalia por el disparo de un misil balístico con munición de racimo que días antes impactó en su territorio.
Los ataques dejaron cuatro personas muertas y 67 heridas, según reportes médicos locales. Las explosiones alcanzaron instalaciones energéticas, depósitos de combustible y un complejo militar cercano al palacio presidencial.
Un nuevo punto de inflexión
El uso de munición de racimo por parte de los hutíes marca un precedente en el conflicto y explica la intensidad de la respuesta israelí. Tel Aviv justificó la operación como “acción defensiva” y responsabilizó a Irán de respaldar al movimiento rebelde.
Por su parte, los hutíes denunciaron la ofensiva como una “agresión extranjera” que agrava la crisis humanitaria en un país devastado por más de diez años de guerra civil.
Repercusiones regionales
La ofensiva sobre Yemen se suma a la tensión creciente en Medio Oriente. Los hutíes han extendido sus ataques hacia el Mar Rojo y contra objetivos en Israel y Arabia Saudita, lo que ha llevado a Israel a proyectar fuerza militar más allá de sus fronteras.
Analistas señalan que los bombardeos en Sanaa no solo buscan frenar a los hutíes, sino también enviar un mensaje a Irán, cuya influencia en la región se ha consolidado a través de su apoyo a grupos armados.
Conclusión
El ataque a Yemen subraya la fragilidad regional: Israel promete continuar sus operaciones “hasta garantizar seguridad”, mientras los hutíes advierten de nuevas represalias. La población civil, en medio de la confrontación, vuelve a ser la más afectada.