Miles de residentes de Los Ángeles, California, tomaron las calles para rechazar la política migratoria del presidente Donald Trump, luego de dos semanas de redadas y deportaciones que han afectado a la comunidad migrante.
La convocatoria, realizada a través de redes sociales por la cuenta Semillas.Inlandempire, movilizó a mexicoamericanos, descendientes de migrantes y aliados que exigieron el fin de la criminalización de su comunidad. Con banderas de México y El Salvador, camisetas de selecciones de fútbol y pancartas con mensajes de apoyo, los manifestantes abarrotaron el centro de la ciudad, la Plaza Olvera y hasta la carretera 101, la cual bloquearon durante varias horas.
Los asistentes denunciaron que las redadas han obligado a muchas personas a esconderse, dejar sus empleos y vivir con miedo de ser arrestados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). “Ser migrante no es un crimen”, coreaban al unísono, acusando que el verdadero criminal es Donald Trump.
Entre las pancartas destacaban frases como “Por mis padres que vinieron sin nada y me dieron todo”, “Soy la voz de mis padres”, “Gritamos por los que no pueden” y “Aquí estamos”. Con música y baile, los manifestantes convirtieron la protesta en una expresión de orgullo y resistencia, defendiendo el derecho de su comunidad a permanecer en el país que consideran su hogar.