
Prometen venganza en Yemen por bombardeo israelí
El ataque en Sanaa mató al primer ministro hutí Ahmed al-Rahawi y a varios miembros de su gabinete; el liderazgo rebelde advirtió represalias
Sanaa, Yemen (30 de agosto de 2025).– Los rebeldes hutíes de Yemen prometieron vengar la muerte de su primer ministro, Ahmed al-Rahawi, y de varios de sus ministros, tras los bombardeos israelíes que golpearon la capital el jueves pasado.
El Consejo Político Supremo de los hutíes confirmó el deceso de al-Rahawi y acusó a Israel de “un crimen que no quedará impune”. En un mensaje transmitido por Telegram, su líder Mahdi al-Mashat declaró: “Prometemos a Dios, al querido pueblo yemení y a las familias de los mártires y heridos que nos vengaremos. Forjaremos de las heridas una victoria”.
De acuerdo con el ejército israelí, el ataque —denominado “Operación Gota de Suerte”— fue dirigido contra la cúpula rebelde, que se encontraba reunida en un edificio de Sanaa. Además de al-Rahawi, murieron otros altos funcionarios y resultaron heridos líderes militares. Israel justificó la ofensiva como respuesta a los lanzamientos de drones y misiles hutíes contra su territorio y contra embarcaciones en el Mar Rojo.
Aunque la muerte del primer ministro representa un golpe político simbólico, analistas señalan que la capacidad militar del movimiento no se verá disminuida, ya que sus estructuras de mando descentralizadas permanecen intactas. El viceprimer ministro Mohamed Moftah asumió de inmediato las funciones del cargo, garantizando continuidad administrativa.
Los hutíes, que controlan gran parte del norte de Yemen desde 2014, advirtieron que intensificarán sus ataques “en solidaridad con Palestina”. Desde el inicio de la guerra de Gaza en 2023, han incrementado sus acciones contra Israel y buques internacionales, desafiando la presión militar de una coalición encabezada por Estados Unidos en el Mar Rojo.
La comunidad internacional ha expresado preocupación por una posible escalada regional, al advertir que un choque directo entre Israel y los hutíes —respaldados por Irán— podría complicar aún más el ya convulso tablero de Medio Oriente.



