Drones en el cielo, francotiradores en los tejados y patrullas fluviales en el Tíber: Roma se alista con un operativo de seguridad sin precedentes para despedir al Papa Francisco este sábado. La ceremonia, que se celebrará en la Plaza de San Pedro, reunirá a más de 200 mil personas, incluidos jefes de Estado como Donald Trump y miembros de casas reales europeas.

Desde el miércoles, miles de fieles han hecho fila para despedirse del pontífice, fallecido el lunes a los 88 años. La logística es monumental: rutas bloqueadas, zonas de exclusión aérea, 2 mil policías locales, fuerzas de seguridad nacionales y un dispositivo militar para neutralizar drones hostiles.

Después del funeral, el féretro será trasladado hasta la Basílica de Santa María la Mayor, donde Francisco pidió ser enterrado. La procesión recorrerá los 4 kilómetros que separan ambos templos, en medio de un mar de fieles.
Mientras tanto, el mundo observa. Y Roma, con respeto y solemnidad, se convierte en el escenario de una despedida histórica.