
Rusia bombardea sede de gobierno de Ucrania
Rusia lanzó más de 800 drones y 13 misiles sobre Ucrania; hubo muertos en Kiev y otras ciudades, mientras líderes europeos y Estados Unidos condenaron la ofensiva y prometieron más apoyo a Kiev.
Kiev, Ucrania. Rusia ejecutó el mayor ataque aéreo desde el inicio de la invasión en febrero de 2022, con más de 800 drones y 13 misiles lanzados contra diferentes regiones de Ucrania. El saldo hasta ahora es de al menos cinco muertos y decenas de heridos, con impactos que alcanzaron edificios civiles y, por primera vez, la sede del Gobierno en Kiev.
En la capital, el complejo donde se reúne el Consejo de Ministros sufrió daños en su techo y pisos superiores, generando un incendio visible en pleno centro de la ciudad. Según las autoridades locales, entre las víctimas se encuentran una madre y su bebé de dos meses, fallecidos en un edificio residencial de nueve plantas. Más de 20 personas resultaron heridas, incluida una mujer embarazada que dio a luz de forma prematura y permanece en estado crítico junto a su hijo.

Las llamas consumen los pisos superiores del edificio gubernamental en Kiev tras el mayor ataque aéreo ruso desde 2022.
El resto de las muertes confirmadas se registraron en Zaporiyia, Sumi y Dnipropetrovsk, mientras que ciudades como Odesa, Krivói Rog y Kremenchuk también reportaron daños en infraestructura y cortes de electricidad.
El presidente Volodymyr Zelensky condenó la ofensiva y aseguró que el Kremlin busca prolongar deliberadamente la guerra. Señaló que Moscú mantiene condiciones de paz inaceptables, como la exigencia de más territorio ucraniano. Tras el ataque, sostuvo una llamada con el presidente francés Emmanuel Macron, quien le transmitió el respaldo de su país para reforzar la defensa aérea ucraniana.
El ataque ruso generó reacciones inmediatas entre líderes europeos y aliados de Ucrania. Macron afirmó que Rusia “se encierra cada vez más en la lógica de la guerra y el terror”. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acusó al Kremlin de “burlarse de la diplomacia” y reiteró que la Unión Europea seguirá apoyando a Ucrania. El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, calificó la ofensiva de “cobarde” y aseguró que demuestra que el presidente ruso, Vladimir Putin, “no está comprometido seriamente con la paz”. Desde Estados Unidos, el secretario del Tesoro Scott Bessent indicó que Washington está dispuesto a “aumentar la presión sobre Rusia”, aunque pidió mayor unidad de sus socios europeos.
Con esta ofensiva, las fuerzas rusas mantienen el control de alrededor del 20 por ciento del territorio ucraniano en un conflicto que ha dejado decenas de miles de muertos en tres años y medio, considerado el más sangriento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Zelensky insistió en que los ataques masivos contra civiles refuerzan la necesidad de mayor apoyo militar internacional y advirtió que la resistencia ucraniana no cederá ante las condiciones impuestas por Moscú.



