El reciente incidente de un avión de vigilancia de Estados Unidos sobrevolando el espacio aéreo mexicano ha generado controversia y contradicciones entre las declaraciones oficiales y los hechos reportados. A continuación, se detalla lo ocurrido y las implicaciones de este evento:
El vuelo del Boeing P-8A Poseidón
El 3 de febrero, un avión militar estadounidense, el Boeing P-8A Poseidón, sobrevoló el Golfo de California, una zona considerada como espacio aéreo mexicano controlado. Según los reportes, la aeronave operó a una altura de 32,525 pies, lo que pudo representar un riesgo para el tránsito aéreo en esa región, ya que las cartas de navegación indican que es una zona con aerovías activas.
¿Se autorizó el vuelo?
De acuerdo con los Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), para operar en espacio aéreo controlado, es necesario presentar un plan de vuelo y notificar a las autoridades mexicanas. Sin embargo, el vuelo del P-8A Poseidón no cumplió con estos requisitos, lo que llevó al Centro de Control de Mazatlán a reportar la incursión irregular al Centro Nacional de Vigilancia y Protección del Espacio Aéreo (CENAVI).
Declaraciones oficiales
A pesar de los hechos, la presidenta Claudia Sheinbaum y el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Ricardo Treviño, han insistido en que el vuelo se realizó fuera del espacio aéreo mexicano, sobre aguas internacionales. Sin embargo, esta versión contradice la información proporcionada por el Seneam y el Sindicato de Controladores de Tránsito Aéreo (Sinacta), que afirman que la zona sobrevolada es espacio aéreo mexicano.

La postura de Sinacta
José Covarrubias, secretario general de Sinacta, confirmó en entrevista con El Financiero que la zona en cuestión es espacio aéreo mexicano y que el vuelo no contó con la autorización ni el plan de vuelo requeridos. Además, destacó que la aeronave no se reportó con las áreas de tránsito aéreo, lo que representa una violación a los protocolos de seguridad.
Implicaciones del incidente
Este evento pone en evidencia posibles falencias en la vigilancia y control del espacio aéreo mexicano, así como la necesidad de una coordinación más efectiva entre las autoridades mexicanas y las fuerzas militares extranjeras. Además, plantea interrogantes sobre la transparencia en la comunicación de estos incidentes al público.
Mientras las autoridades mexicanas insisten en que el vuelo se realizó fuera de su jurisdicción, los reportes técnicos y las declaraciones de expertos indican lo contrario. Este caso resalta la importancia de fortalecer los mecanismos de control y supervisión del espacio aéreo para evitar situaciones que pongan en riesgo la seguridad y la soberanía nacional.