
Del Río Serrano toma protesta como contralor de la FGR
La Cámara de Diputados formalizó el nombramiento de Óscar Daniel del Río Serrano al frente del Órgano Interno de Control de la Fiscalía General de la República, tras varios meses de interinato.
Ciudad de México, 23 de septiembre.— En sesión plenaria celebrada este martes en San Lázaro, los diputados federales avalaron y tomaron protesta a Óscar Daniel del Río Serrano como nuevo contralor interno de la FGR. Con ello, se cierra el interinato que encabezaba desde agosto, cuando asumió de forma provisional la conducción del órgano fiscalizador.
El relevo en la Contraloría no es un hecho menor. El cargo quedó vacante tras la salida de Arturo Serrano Meneses, quien fue separado de sus funciones luego de que surgieran denuncias públicas y procesos internos por presuntos actos de corrupción ligados a contratos y gestiones administrativas. La remoción provocó cuestionamientos sobre el grado de control y vigilancia dentro de la Fiscalía, institución que maneja recursos estratégicos y enfrenta presiones políticas por su papel en la investigación de delitos de alto impacto.
Con la designación de Del Río Serrano, la Cámara de Diputados busca dar continuidad a los mecanismos de supervisión sobre la actuación administrativa de la FGR. El Órgano Interno de Control es la instancia responsable de vigilar que el ejercicio presupuestal se apegue a la legalidad, además de sancionar irregularidades cometidas por servidores públicos en el desempeño de sus funciones.
Un proceso que se gestó en comisiones
Previo a la toma de protesta, la candidatura de Del Río Serrano fue analizada en comisiones legislativas, donde se discutió la necesidad de contar con un perfil con experiencia técnica y conocimiento interno de la institución. Su papel como encargado de despacho jugó a su favor, pues le permitió mostrar continuidad en las tareas del OIC y evitar un vacío de autoridad.
El nuevo contralor llega al cargo en un momento en que la Fiscalía se encuentra bajo la lupa de organizaciones civiles y legisladores opositores que reclaman mayor transparencia y rendición de cuentas. Entre los retos inmediatos destacan:
• Revisar los procesos de contratación y adquisiciones en la FGR.
• Fortalecer los mecanismos de prevención de conflictos de interés.
• Dar seguimiento a denuncias internas sobre irregularidades administrativas.
• Coordinarse con el Sistema Nacional Anticorrupción para homologar criterios de fiscalización.
La designación también tiene una lectura política: con este nombramiento, la Cámara de Diputados busca enviar un mensaje de estabilidad institucional, luego de semanas de especulación sobre quién encabezaría la Contraloría. El propio rector de la UNAM y sectores académicos habían pedido mayor vigilancia en la FGR, lo que se traduce en un escenario donde el contralor tendrá un papel clave en la legitimidad de la institución.
Del Río Serrano, quien se ha mantenido con perfil técnico y bajo perfil mediático, asume ahora la responsabilidad de garantizar que los recursos y procedimientos de la Fiscalía se conduzcan con legalidad. Su desempeño será observado no solo por el Congreso, sino también por organismos nacionales e internacionales que miden la independencia y efectividad de los órganos de control en México.
Con su protesta, se refuerza la expectativa de que la Contraloría de la FGR funcione como un contrapeso interno en un organismo que concentra amplias facultades de investigación y procuración de justicia.