
La noche del primer Grito de una presidenta
Claudia Sheinbaum encabezó la ceremonia con escolta femenina, mención a heroínas insurgentes y un Zócalo lleno.
Por Adela Pérez Gónzalez
La noche del 15 de septiembre de 2025 quedará inscrita en la historia política de México: por primera vez, una mujer presidió la ceremonia del Grito de Independencia. A las 22:50 horas, Claudia Sheinbaum salió al balcón central de Palacio Nacional para ondear la bandera, hacer sonar la campana de Dolores en 33 ocasiones y lanzar una arenga que combinó la evocación de los héroes insurgentes con la reivindicación de heroínas históricas.
Vestimenta y símbolos

La presidenta portó un traje bordado nahua y una falda morada diseñada por Verónica Arce Arce. La Banda Presidencial que cruzó su pecho fue confeccionada especialmente por mujeres de la Secretaría de la Defensa Nacional, en los talleres de la Dirección General de Fábricas de Vestuario y Equipo. Cada elemento reforzó el carácter simbólico de la noche, pensada para visibilizar el papel de las mujeres en la historia nacional.
La arenga presidencial

En su lista de vivas, Sheinbaum recordó a Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, José María Morelos y Pavón y Vicente Guerrero. Pero destacó de manera especial a Josefa Ortiz Téllez-Girón y a Leona Vicario, nombrándolas con su apellido propio y no con el de casadas, como suele hacerse en los actos oficiales. La arenga también incluyó a Gertrudis Bocanegra y a Manuela Medina, “La Capitana”, además de nuevas menciones:
- ¡Vivan las heroínas anónimas!
- ¡Vivan las mujeres indígenas!
- ¡Vivan las hermanas y hermanos migrantes!
- ¡Viva la dignidad del pueblo de México!
- ¡Viva un México libre, independiente y soberano!
Con múltiples “¡Viva México!”, la primera presidenta subrayó un tono distinto, orientado a ampliar los referentes de la memoria cívica.
La escolta femenina

La ceremonia estuvo acompañada por una escolta integrada exclusivamente por cadetes mujeres, un hecho inédito en la conmemoración. La bandera fue portada por la teniente de Policía Militar Jennifer Samantha Torres Jiménez, originaria del Estado de México. La escolta la completaron la cabo Samira Michel Delgadillo Chávez (Villa de Tuxtepec, Oaxaca), la cabo Itzel Sarahi Martínez Tozcano (Guadalajara, Jalisco), la cabo Karla Paola Guevara Pérez (Ciudad de México), la cadete Andrea Carvajal Audelo (San Pedro Juchatengo, Oaxaca) y la cadete Yetzelany Gallegos Ortiz (Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca).
La Galería de Presidentes


Horas antes del Grito, Sheinbaum encabezó una Guardia de Honor en la Galería de los Presidentes de Palacio Nacional, retomando una práctica instaurada en el sexenio anterior. La jornada tuvo un hecho sin precedentes: por primera vez, un retrato de mujer se incorporó a ese espacio. Se trata de un óleo del siglo XIX de Leona Vicario Fernández de San Salvador, procedente del acervo del Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec. Reconocida desde 1823 como “Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria”, Vicario fue mensajera, protectora de fugitivos y financista del movimiento insurgente. Su presencia en la galería simboliza un cambio en la narrativa histórica oficial.
El balcón y el gabinete

Durante el acto, Sheinbaum estuvo acompañada en el balcón presidencial únicamente por su esposo, Jesús María Tarriba, con quien presenció los fuegos artificiales antes de despedirse de los asistentes. En los balcones contiguos se ubicaron los integrantes del gabinete legal: Rosa Icela Rodríguez (Gobernación), Ricardo Trevilla (Defensa Nacional), Raymundo Morales (Marina), Marcelo Ebrard (Economía), Juan Ramón de la Fuente (Relaciones Exteriores), entre otros titulares de secretarías federales. La mandataria había anunciado previamente que la ceremonia sería austera, sin invitados del gabinete ampliado ni presencia de gobernadores.
El cierre en el Zócalo

La plancha del Zócalo registró un lleno total. Desde las primeras horas de la tarde, familias y visitantes se concentraron para disfrutar de la verbena popular, que incluyó presentaciones musicales y un despliegue de seguridad con más de tres mil elementos de la SSC y la Guardia Nacional, filtros de acceso, torres de vigilancia y módulos de hidratación.
Tras la arenga presidencial, un espectáculo de pirotecnia y luces iluminó el Centro Histórico. Miles de asistentes respondieron con ovaciones a una noche que quedó marcada como la del primer Grito de una presidenta en México.