Con posturas encontradas, votos divididos y acusaciones de “presiones inauditas”, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó la distribución de diputados plurinominales en la Cámara de Diputados, confirmando así la mayoría calificada de la coalición Morena-PT-PVEM con 364 curules, superando por 30 el número necesario para la aprobación expedita de reformas constitucionales.
Aunque la mayoría de las consejerías coincidieron en que el sistema actual presenta distorsiones en la distribución de los espacios de representación proporcional, subrayaron que no es posible inaplicar la Constitución ni modificar las reglas después de celebradas las elecciones. La propuesta de ajustar la distribución de curules considerando la votación conjunta por coaliciones y no por partidos individuales no obtuvo apoyo, ya que las consejerías argumentaron que no existe interpretación legal que justifique un cambio en la literalidad del texto constitucional.
El consejero Arturo Castillo destacó la importancia de mantener el respeto a la ley, señalando que “entre la justicia y la ley, siempre debe privar la ley”. Según Castillo, ajustar la ley a situaciones específicas socavaría las bases de la paz social y conduciría a la arbitrariedad. Esta postura subraya la importancia de respetar las reglas democráticas previamente establecidas para elegir a los representantes del país.
Una propuesta alternativa de la consejera Claudia Zavala, que buscaba reinterpretar la frase “el ocho por ciento de su votación” dentro del contexto de la votación de cada partido y no por encima de ésta, fue apoyada únicamente por los consejeros Martín Faz, Jaime Rivera, y la consejera Dania Ravel. Sin embargo, no logró el consenso necesario para ser aprobada.
Durante la votación, representantes del PRD y el Frente Cívico expresaron su inconformidad desplegando una lona en rechazo a lo que calificaron como “sobrerrepresentación”.