
Senado en modo ring: Noroña vs. “Alito”
La sesión de la Comisión Permanente terminó entre empujones, gritos y un collarín de utilería. Noroña fue sacado a empellones, “Alito” levantó los brazos como vencedor, Padierna quedó atrapada y el “de verde” regresó con vendaje teatral.
Por Rufino Estrada
Campanazo inicial
El Himno Nacional acababa de sonar en el salón de Xicoténcatl cuando la política se convirtió en función estelar. Alejandro “Alito” Moreno subió a la tribuna y encaró a Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva. Reclamos, empujones y manotazos inauguraron la bronca. “¡No me toques!”, alcanzó a gritar Noroña mientras lo jalaban del saco. El Parlamento se transformó en cuadrilátero.
El de verde en la lona
En medio del forcejeo apareció Emiliano González, colaborador de Noroña, vestido con camisa verde y cámara al hombro. Se interpuso para frenar el avance de Moreno. Terminó en el piso. Su equipo rodó por el suelo y él recibió empellones antes de desaparecer de la escena. Minutos después regresó con collarín y cabestrillo, como luchador que vuelve al ring para presumir título.
Padierna, esquina sin salida
La senadora Dolores Padierna quedó arrinconada entre banca y pasillo. La espalda de Noroña se estrelló en su rostro cuando fue empujado hacia atrás. Ella se cubrió, resistió el oleaje humano y esperó a que el tumulto se disipara.
Bancadas en modo porra
Los gritos inundaron el salón. Los morenistas clamaban “¡no lo toquen!”, pero sus voces sonaban derrotadas, derrotadas, como eco de impotencia. En contraste, los priistas respondían con consignas y empuje, jalando y abriendo paso a su dirigente. El recinto parecía graderío: asesores corrían como réferis improvisados y los celulares en alto registraban la pelea como espectáculo nacional.
El inventario del caos
- Protagonistas: Noroña a la defensiva, Moreno al ataque.
- Intermitentes: diputados jalando sacos, empujando hombros o separando brazos.
- Daños colaterales: una cámara golpeada, un rostro contuso, un traje arrugado.
- Utilería estrella: un collarín blanco que se robó los reflectores.
Campanazo final
Resguardado por árbitros improvisados, Noroña fue sacado del salón. Alito Moreno se quedó levantando las manos, reclamando la victoria moral. Padierna recuperó su sitio y el de verde posó con su collarín como si fuera cinturón de campeonato.



