La violencia en Sinaloa, que comenzó el pasado 9 de septiembre, ha cobrado más de 300 vidas en apenas ocho semanas, un periodo marcado por ejecuciones, balaceras, narcobloqueos y diversos actos ilícitos. El informe de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana registró 295 homicidios desde el inicio de la crisis hasta el 1 de noviembre, aunque este número no incluye otras muertes recientes, como las 19 personas que fallecieron en un enfrentamiento el 22 de octubre durante la captura de Edwin Antonio Rubio López, alias El Max o El Oso, líder de una célula vinculada a El Mayo Zambada.
Añadiendo estas 19 muertes y otros cuatro asesinatos ocurridos durante el fin de semana, la cifra asciende a 318 víctimas. Sin embargo, la cifra real podría ser aún mayor, ya que las estadísticas de medios locales suelen superar a las oficiales. La Fiscalía General del Estado ha dejado de reportar cuántas carpetas de investigación por homicidio doloso se han abierto desde el inicio de la crisis, lo que dificulta un seguimiento exacto de los casos.
El pasado domingo, un nuevo enfrentamiento en Campo Cuba, una comunidad en la Sindicatura de Costa Rica, municipio de Culiacán, entre civiles armados y elementos del Ejército dejó un saldo de un agresor herido y cuatro detenidos. Gerardo Mérida Sánchez, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, confirmó el incidente y señaló que el lesionado fue trasladado al Hospital General de Culiacán para recibir atención médica bajo custodia.
Además, la violencia continúa extendiéndose por el estado. Un hombre fue hallado sin vida, asesinado a balazos, en una brecha que conecta el fraccionamiento Alturas del Sur con la colonia Ampliación San Benito en Culiacán, una zona donde recientemente se han descubierto varios cadáveres de personas previamente secuestradas.