La modelo tinerfeña repasa su relación con Dani Alves tras más de una década: de la euforia juvenil a la convivencia marcada por crisis, pérdida y un nuevo comienzo con la maternidad.
Con un tono íntimo y reflexivo, Joana Sanz abrió su corazón para hablar de cómo ha cambiado su historia con Dani Alves. A diez años de haber iniciado su relación, la modelo asegura que el amor ya no se parece al de los primeros días de euforia, sino que se ha transformado en un vínculo de madurez, marcado por pruebas, duelos y la decisión de permanecer juntos pese a las dificultades.
“Nunca volveremos a ser aquellos jóvenes”
Sanz recordó que cuando comenzaron su relación tenían 23 y 32 años. Aquella etapa, dice, estuvo llena de ilusión, pero hoy su vida de pareja se sostiene en el compañerismo y en aceptar los defectos del otro.
“El verdadero amor aparece en el choque de realidad”
Para la modelo, el amor se consolida en los momentos en que surgen diferencias y vulnerabilidades. “Ahí es cuando se decide amar incluso lo que no es perfecto”, confesó.
Crisis y resiliencia
Durante el proceso judicial que enfrentó Alves en España, Sanz atravesó una doble crisis: la pérdida de su madre y el acoso mediático que la llevó a buscar apoyo psicológico. Aunque pensó en separarse, permaneció junto al futbolista convencida de que el amor se mide también en la adversidad.
Un nuevo comienzo
Tras la absolución de Alves en 2025, la pareja anunció que espera su primera hija. Sanz compartió que fueron cinco años de intentos fallidos y de pérdidas dolorosas. “Sentir el latido de mi bebé me devolvió la fuerza que pensé perdida”, dijo.
Más allá de lo personal
El testimonio de Joana Sanz refleja una experiencia común a muchas parejas: la transición del amor idealizado a un compromiso cotidiano, donde la resiliencia y la aceptación mutua sostienen la relación en medio de la vida real.