El tema de la contaminación bacteriana en billetes y monedas ha despertado la atención tanto de consumidores como de científicos a nivel global, especialmente en la Ciudad de México. A menudo, no consideramos los riesgos invisibles asociados con la manipulación del dinero, pero diversos estudios han revelado datos alarmantes sobre la presencia de microorganismos en estos medios de pago.
Instituciones prestigiosas como el Centro Médico Wright Patterson en Estados Unidos han encontrado que hasta un 87% de los billetes analizados albergan microorganismos capaces de causar infecciones, lo cual es preocupante incluso para personas con sistemas inmunológicos saludables. Especialmente vulnerable son aquellos con sistemas inmunológicos debilitados, quienes pueden enfrentar mayores riesgos.
Estudios adicionales han identificado hasta siete tipos diferentes de bacterias en la moneda circulante, algunas de las cuales son potencialmente peligrosas para la salud. Por ejemplo, la Escherichia coli puede provocar trastornos graves. Estos hallazgos resaltan la necesidad de medidas preventivas y una mayor conciencia sobre la higiene personal y el manejo del dinero.
Investigaciones más recientes han explorado la resistencia de las bacterias en el dinero a los antibióticos, así como su papel como vehículos para virus, incluido el SARS-CoV-2. Aunque la transmisión a través de superficies no es el principal medio de contagio del virus, la desinfección regular de manos y la limitación del contacto con superficies de alto contacto pueden reducir el riesgo de transmisión.
La creciente preocupación por la higiene ha acelerado la adopción de pagos digitales, lo que puede reducir la necesidad de intercambio físico de dinero y ofrecer una barrera adicional contra la transmisión de patógenos. Sin embargo, para quienes aún dependen del dinero en efectivo, medidas como lavarse las manos con frecuencia y desinfectar superficies son esenciales.
Diversos estudios, como los mencionados en el artículo, han examinado la composición bacteriana en billetes y monedas de diferentes países y materiales. Estos estudios proporcionan información valiosa sobre la supervivencia y transmisión de bacterias en el dinero físico, destacando la importancia de una higiene rigurosa en nuestras prácticas financieras cotidianas.