- • En las cuatro funciones que se presentaron en el Palacio de Bellas Artes participaron: el elenco de la CNO, el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes
La noche del jueves 14 de diciembre, con ovaciones de pie, el público reconoció la calidad artística del elenco de la Compañía Nacional de Ópera, al protagonizar la ópera El elixir de amor en su última función de la puesta en escena del compositor italiano Gaetano Donizetti, bajo la batuta del director Arthur Fagen con la Orquesta del Teatro de Bellas Artes y la dirección escénica de Luis Martín Solís y Erika Torres, con la participación magistral del Coro del Teatro en la Sala Principal del principal recinto cultural de México.
En la última presentación de la temporada de El elíxir de amor, la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Dra. Lucina Jiménez López, felicitó en camerinos a las directoras María Katzarava y Erika Torres, así como a los directores Arthur Fagen y Luis Martín Solís, además de manifestar su reconocimiento al talento de las y los interpretes durante la función.
En sus cuatro presentaciones, la Compañía del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) corroboró que la ópera se mantiene en el gusto del público, el cual entusiasta llenó la Sala Principal, y prueba de ello son las constantes ovaciones que ofrecieron al cuerpo de actores integrado por Aldo Estrada Colín, Rodrigo Andoni Aguirre Guerrero, José Morales Hernández, José Antonio Corrales Zavala y la bailarina Elisa Pérez González, a la Orquesta y al Coro del Teatro de Bellas Artes.
El elíxir de amor es una nueva producción de la Compañía Nacional de Ópera en dos actos, con música de Gaetano Donizetti (1797-1848) y libreto de Felice Romani (1788-1865), basado en el libreto Le philtre (1831), de Eugène Scribe (1791-1861) para la ópera homónima de Daniel-François Auber (1782-1871), basado a su vez en Il filtro, de Silvio Malaperta, ofreció temporada los días 5, 7, 10 y 14 de diciembre.
El tenor Diego Silva (Nemorino), la soprano Génesis Moreno (Adina), el bajo Noé Colín (Dulcamara), el barítono Juan Carlos Heredia (Belcore) y la soprano Damaris Lezama (Gianetta) fueron las voces protagonistas de esta puesta en escena cuyo estreno mundial se realizó en el Teatro della Canobbiana de Milán, el 12 de mayo de 1832, y el estreno en nuestro país fue en el Teatro Principal de la Ciudad de México, en septiembre de 1842. En la puesta en escena participaron la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes, con Arthur Fagen como director concertador; la dirección de escena fue de Luis Martín Solís y Érika Torres; el diseño de escenografía, de Jesús Hernández; diseño de iluminación, de Rafael Mendoza; diseño de vestuario, de Sara Salomón; diseño de maquillaje, de Cinthia Muñoz y Alfredo Domínguez como director huésped del Coro.
La obra aborda la historia de Nemorino, campesino humilde e ingenuo, quien está enamorado de Adina, la bella y popular lugareña que lo trata con indiferencia. Desesperado, el joven pueblerino se acerca a Dulcamara, falso doctor y vendedor de milagros que recién ha llegado al pueblo, quien le vende un “elíxir de amor” con la promesa de que le asegurará el amor de Adina y de todas las jóvenes del pueblo.
Adina, que tiene aspiraciones más allá de su aldea, decide aceptar la petición de matrimonio del sargento Belcore, a quien apenas conoce, no bien éste ha terminado de instalarse en el pueblo con su batallón. La frívola aldeana no pierde ocasión para azuzar los celos de Nemorino, quien durante la boda trata de acelerar los efectos del brebaje mágico –vino de Bordeaux, en realidad– con el dinero obtenido tras enrolarse en el ejército. Repentinamente, Nemorino se vuelve el centro del interés de todas las jóvenes del pueblo, Adina incluida, y todos celebran las virtudes del elíxir milagroso.