Fiscalía de Morelos seguirá con investigación de secuestro exprés de Obispo

Uriel Carmona, fiscal de Morelos, lamentó el ruido mediático que se ha generado en torno a este caso

El fiscal general de justicia de Morelos, Uriel Carmona Gándara, hizo un llamado para dejar de generar polémica sobre los hechos delictivos de que fue objeto el emérito de Chilpancingo Chilapa, Salvador Rangel.


El funcionario morelense reiteró que ahora lo importante es dar con los responsables del secuestro exprés del prelado.

Dijo que lo único que hay resaltar que el obispo de Chilpancingo es que se encuentra con vida y que no fue víctima de un homicidio.

Carmona Gándara señaló que ellos siguen trabajando sobre los datos que se encuentran en la carpeta de investigación, en la cual existen videos y entrevistas.
El fiscal de Morelos lamentó el ruido mediático que se ha generado en torno a este caso; por tal motivo, Uriel Carmona, señaló que la dependencia a su cargo hará un trabajo pulcro para conocer a detalle qué fue lo que le pasó al obispo emérito de Chilpancingo Chilapa, Salvador Rangel.

Las declaraciones del funcionario morelense se dan, después de que el obispo emérito de Chilpancingo Chilapa, Salvador Rangel, no presentara una denuncia penal en contra de aquellas personas a las que dijo «tanto mal me han hecho».
Cabe señalar que hace unos días, el Comisionado Estatal de Seguridad (CES) de Morelos, José Antonio Ortiz Guarneros, declaró a los medios de comunicación que la información que contaban en este caso, es que el obispo entró por su cuenta a un hotel en compañía de un hombre.

Tales afirmaciones violaron el principio de secrecía en la investigación que en este momento realiza la Fiscalía General de Justicia del Estado.

De manera irresponsable, el funcionario morelense, dio declaraciones a los medios de comunicación y reveló información que contiene la carpeta de investigación sobre las personas que participaron en la desaparición del prelado en días pasados en la entidad.

No sólo eso, sino que también Ortiz Guarneros, victimizó y vulneró los derechos humanos del Obispo Emérito de la Diócesis de Chilpancingo, Guerrero, al dar a conocer puntos delicados sobre el delito del que fue objeto.