En el Congreso del Estado de México, la diputada morenista María José Pérez Domínguez presentó una propuesta para prohibir la venta de bebidas alcohólicas mezcladas con energizantes, conocidas popularmente como «pitufos» o «azulitos». Según la legisladora, el objetivo es proteger la salud de los jóvenes y otros consumidores, debido a los serios riesgos que representa el consumo de estas bebidas.
La iniciativa de Pérez Domínguez plantea reformas a la Ley de Competitividad y Ordenamiento Comercial, la Ley Orgánica Municipal y el Código Administrativo estatal. Estas modificaciones permitirían sancionar o incluso clausurar los establecimientos que comercialicen bebidas con características específicas, como el color azul que disfraza el sabor del alcohol y eleva los niveles de excitación. La diputada enfatizó que el consumo de estas mezclas puede provocar efectos adversos, incluyendo intoxicación hepática, arritmias, miocardiopatías, e incluso la muerte súbita, así como aumentar el riesgo de accidentes debido a una falsa sensación de sobriedad.
En su argumentación, la diputada subrayó que estudios recientes han asociado el consumo de los «azulitos» con síntomas como dolor de cabeza, dilatación de pupilas, vómitos, taquicardia e hipertensión arterial, efectos generados por la combinación de alcohol y energizantes. De acuerdo con su grupo parlamentario, esta prohibición es un paso necesario para contribuir a la salud y bienestar de los mexiquenses.
Además, Pérez Domínguez destacó el impacto social de estas bebidas, ya que se relacionan con aproximadamente 3 millones de muertes anuales en el mundo. En México, alrededor de 24 mil personas fallecen cada año en accidentes relacionados con el alcohol, colocando al país en el séptimo lugar global en decesos por esta causa.
El ISSSTE también emitió recientemente una advertencia sobre el consumo de estas bebidas, debido a su popularidad entre los jóvenes. El instituto señaló que la combinación de vodka, refrescos, energizantes y dulces como gomitas y chamoy enmascara los efectos del alcohol, lo cual aumenta el riesgo de un consumo excesivo. Entre los riesgos adicionales, el ISSSTE resaltó que estas bebidas pueden incrementar las probabilidades de obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares, pues un litro de «azulito» contiene hasta 730 kilocalorías.